Recientemente hemos conocido que una empresa llamada Frontera Energy SL ha solicitado al Gobierno autorización para realizar exploraciones de gas pizarra en tres grandes áreas de Navarra, que van desde Urbasa (Pegaso) a la zona de Aoiz y la Sierra de Leire (Quimera), y al sur de las Bardenas (Aquiles).
Exploraciones de este tipo están a punto de iniciarse ya en la provincia de Álava, entorno a Vitoria-Gasteiz. Si debajo de Álava realmente hay todo el gas que el lehendakari Patxi López anunció tan orgullosamente, su explotación requerirá la apertura de dos a tres mil pozos o áreas de explotación del tamaño de un campo de fútbol. Esto evidentemente destruirá la economía local basada en los recursos endógenos y el supuesto empleo que se genere será ínfimo en comparación a lo que se destruya. Y desde el punto de vista ambiental las potenciales afecciones sobre las aguas subterráneas anularía el beneficio que nos pudiera proporcionar a nuestra calidad de vida el gas extraído.
Entonces, ¿por qué tanto interés en extraer gas pizarra? Cuando se empezó a extraer hidrocarburos hace más de un siglo, con cada barril de petróleo invertido conseguían extraer más o menos 100 barriles. Nunca antes la humanidad había logrado una eficiencia tan alta. Pero hoy en día, cada barril solamente produce una media de 15 barriles, pues el petróleo se encuentra más lejos, más profundo, más sucio. El petróleo se va agotando y sus especuladores rebuscan en la mierda que queda, aunque energéticamente no sea eficiente, como el gas pizarra, cuya eficiencia o tasa de retorno energético es de 1 a 3…
Y así hemos llegado a la crisis energética actual, puesto que desde 2006 la producción de hidrocarburos a nivel mundial se ha estancado, no crece, pero la demanda sí, o lo intenta…
Desde Sustrai creemos que la raíz del problema no es la escasez de producción u oferta, sino el exceso de consumo, su desigual distribución, el derroche y la avaricia especuladora.
Publicado en la revista Guaixe de Sakana (en euskera).