La explotación, distribución y comercialización de la energía en el planeta se concentra fundamentalmente en manos de transnacionales. Esto produce proyectos energéticos de cada vez mayor envergadura, con costes ambientales y sociales crecientes: centrales térmicas, líneas de alta tensión, trenes de alta velocidad… e incluso el mantenimiento hasta su decrepitud de las centrales nucleares. Y sin embargo, la especulación con la energía pone en juego la vida de las personas y el mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta.
En Navarra la principal fuente de producción eléctrica es de origen no renovable, dado que las ilegales centrales térmicas de Castejón producen el 45,6% de toda la electricidad que generamos. Esto demuestra que la instalación de las diferentes centrales de energías renovables no ha servido para que Navarra tienda a su autosuficiencia energética.
Vivimos una situación de sobre-producción y sobre-consumo de energía, a la vez que de falta de auto-abastecimiento, asuntos todos ellos reconocidos en el presente Plan Energético de Navarra. Ante ello, la única estrategia de futuro que tiene sentido es la de promover el ahorro de energía y la reducción cuantitativa de su consumo, para tender hacia la soberanía energética. Esto conseguiría reducir los impactos generados en nuestro territorio; así como en otros que, aunque alejados, sufren de forma directa o indirecta las presiones de nuestro modelo derrochador y especulador.
Desde la Fundación Sustrai Erakuntza queremos impulsar el debate sobre el modelo energético que necesitamos.
Publicado en la revista Guaixe de Sakana (en euskera).