Artículo de opinión de la Fundación Sustrai Erakuntza.
Oculta debajo de la llamada “crisis” económica aparece la auténtica crisis: una crisis de recursos global debida al final del petróleo, de los minerales y de otras materias primas fáciles y baratas de extraer. Posiblemente por este motivo, nos encontramos con que en apenas 10 años el petróleo se ha encarecido un 600%. Y a su vez la cantidad de basuras generadas por navarr@ y año también se ha multiplicado.
De este modo, la incineración de residuos cada vez es mejor negocio. Si el petróleo aumenta su precio, los especuladores de la energía buscan otros “combustibles” para seguir ganando dinero. Desde esta perspectiva interesa la máxima producción de residuos para luego producir la máxima energía en su incineración.
Desde Sustrai Erakuntza creemos que el debate de los residuos debe ser profundo. Hay que remarcar que es un debate vinculado a la economía, a la salud de las personas y al medio ambiente. La cuestión es cómo podemos gestionar los residuos de forma más sostenible.
En primer lugar, creemos imprescindible reorganizar la sociedad con el objetivo prioritario del ahorro en recursos y energía. Esto en la gestión de los residuos se denomina la primera “R”: la reducción de los materiales utilizados. ¿Porqué para comprar una simple magdalena hay que comprar un montón de envoltorios fabricados con diferentes materiales?
En segundo lugar, se tendría que apostar por la segunda “R”: la reutilización de los materiales utilizados. ¿Porqué no se gestionan las botellas de vidrio y otros envases para ser reutilizados varias veces como se hacía no hace tanto tiempo?
En tercer lugar, el reciclaje, la tercera “R”: ¿Cómo organizar la recogida y la gestión de los residuos para conseguir un reciclaje del 80 ó el 90% de los mismos?
El sistema puerta a puerta que se está organizando en Sakana y otros muchos lugares, consigue altísimos porcentajes de separación de los residuos. Lograr esta separación tiene como consecuencia que los materiales separados dejan de ser residuos y se convierten en recursos con múltiples usos potenciales. Así, creemos que se debe apostar activamente para gestionar los RSU de forma más cercana, más local, y apoyar una gestión completamente pública.
Nota: El presente artículo de opinión es un resumen de otro más extenso publicado con el mismo título.