Con la siguiente reflexión, la Fundación Sustrai Erakuntza quiere llamar a participar en la manifestación que se celebrará este sábado 11 de noviembre, a las 17:00 h, desde la Plaza del Castillo de Pamplona/Iruñea, con el lema “Si al Tren, No al TAV, Herriak erabaki”.
El ferrocarril navarro vuelve a estar en la cresta de la ola política. Día si y día también, alguna noticia nueva o nuevas declaraciones llegan a la palestra. Las posiciones de los partidos políticos son bien conocidas, aunque en ocasiones sea difícil aclararse con la nomenclatura cambiante que utilizan.
Al principio, cuando en 2004 fueron aprobados los proyectos, la cuestión era simple, se hablaba de Tren de Alta Velocidad (TAV) y Corredor Navarro de Alta Velocidad, dos términos que claramente indican un tren que puede viajar a mayor velocidad que los actuales. Pero desde entonces ha llovido mucho, se ha derrumbado la burbuja del ladrillo y la obra pública…
En la actualidad, y sobre todo desde la llegada de Geroa Bai al poder en el Gobierno de Navarra, la terminología con la que se denomina a la infraestructura ha cambiado. Ahora se habla de TAP, el Tren de Altas Prestaciones, aunque poco esfuerzo han puesto en definir cuales son esas prestaciones, ni en que se diferencia del TAV.
La única verdad en todo esto es que, por mucho que se hayan cambiado los nombres, los proyectos siguen siendo los mismos, los que fueron diseñados antes de 2004 y que suponían un tren solo para pasajer@s que serían trasladados a gran velocidad. Proyectos que no hablaban de mercancías, algo que se ha añadido a posteriori, posiblemente como intento de acallar las críticas. Y proyectos que suponen crear una nueva plataforma ferroviaria, con un nuevo trazado que invadiría nuevos terrenos.
Sería una nueva infraestructura completamente paralela a la que ya ahora tenemos de ferrocarril convencional. Exactamente el mismo trazado que el actual tren… con una importante diferencia: con la implantación del TAV las estaciones medianas y pequeñas dejarían de tener servicios de larga distancia. Pero seguramente también los de cercanías, que ya están siendo recortados debido a las grandes inversiones que se están realizando en todo el Estado para construir la Alta Velocidad, y que en el futuro, con nuevas líneas deficitarias como la Navarra, aun se verán recortados mas.
Este efecto es claramente percibido en la Zona Media, con la estación del tren de Tafalla como referencia. En la actualidad ya están viviendo los recortes, con la merma en algunos de los servicios que esta presta. Todavía paran en ella los trenes Alvia, que ofrecen un viaje a Madrid o Barcelona con servicios similares a los de la Alta Velocidad, sin haber precisado hasta ahora prácticamente ninguna mejora en las vías por las que pasa en Navarra.
Sin embargo, de construirse el TAV navarro, todos los servicios de larga distancia en Tafalla desaparecerían de un plumazo, dado que el proyecto del TAV no contempla una estación en dicha ciudad. Y similares problemas aparecerían en otras estaciones importantes del trazado actual: Altsasu/Alsasua, Olite, Castejón… Todas ellas dejarían de poder tener enlaces de larga distancia, al pasar estos al TAV, que no prevé estaciones en ninguna de ellas. Y posiblemente disminuirían también los servicios de cercanías, ahogados por las deudas de la construcción del TAV. Tan solo quedarían las mercancías, que difícilmente van a pasar por el ferrocarril de Alta Velocidad…
Es claro, por tanto, que el TAV aumentaría el aislamiento que sufren muchas comarcas de Navarra, de ahí que sea completamente pertinente que nos manifestemos el sábado 11 de noviembre en Pamplona/Iruñea por un modelo de tren diferente al que proponen.
No se entiende el empeño de los Gobiernos de Madrid y Pamplona/Iruñea por imponer esta infraestructura que no aporta nada a navarros y navarras. Porque en la actualidad tenemos un servicio ferroviario inclusivo, que sirve para poner en comunicación a una gran parte del territorio. Y porque el tren actual tiene una gran capacidad de mejora, dado que desde que se concibió estaba proyectado para que pudiera tener doble vía.
Si el tren actual tiene poca capacidad, como repite machaconamente el Consejero Manu Ayerdi, es porque el ferrocarril en Navarra, entre Castejón y Altsasu/Alsasua, es de vía única, por lo que los trenes no pueden cruzarse y tienen que esperarse unos a otros para hacerlo. Sin embargo, desde su construcción el ferrocarril se preparó para poder montar una segunda vía.
Si a la duplicación de la vía añadimos su adaptación al ancho internacional, utilizando la tecnología del tercer raíl, se vencerían la mayoría de los problemas que se encuentran a la actual linea. Y estaríamos en condiciones de poder implantar un servicio que puede redundar en una mejora importante del transporte en Navarra: un potente servicio de cercanías que permita que l@s habitantes de las comarcas puedan comunicarse utilizando un medio de transporte sostenible como es el tren convencional. Todo ello manteniendo la compatibilidad con los tráficos de mercancías existentes, que se podrían beneficiar también de la compatibilidad con el ancho internacional, así como con los servicios de largo recorrido.
Todo lo anterior es la base de la propuesta que ha realizado la Fundación Sustrai Erakuntza de un Tren Público y Social para Navarra. Una propuesta basada en el uso razonable de las infraestructuras y los recursos públicos, con un coste mucho menor que el proyecto de Alta Velocidad. Es por ello que no me cabe en la cabeza que políticos y políticas sigan en sus trece con su propuesta, con sus 4.000 millones de euros de presupuesto para todo el corredor navarro. No entiendo que pretendan gastar así los dineros públicos solo por el supuesto rédito electoral que aparentemente piensan que les dará el poder decir “yo lo hice”. No lo entiendo.
Martín Zelaia García
Miembro de la Fundación Sustrai Erakuntza.