Manifiesto contra los polígonos eólicos y solares ¡¡Moratoria Ya!!

    eu 25 Mar 2021 - Energía, Notas de prensa

    [Manifiesto de las plataformas vecinales firmantes]. Los efectos del cambio climático ya están aquí. Las emisiones de gases de efecto invernadero, relacionadas con el modelo de crecimiento ilimitado y de desarrollo existente en la actualidad, han elevado un grado centígrado la temperatura global terrestre respecto a los niveles preindustriales, según la comunidad científica. La cuestión ahora es hasta dónde se llegará y qué impactos se está dispuesto a asumir.

    El calentamiento es probable que lleve a un aumento de 1,5 grados centígrados entre 2030 y 2035 si el mundo sigue el ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto supone que se está en riesgo de incumplir el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París -quedar por debajo del 1,5 en 2100- en poco más de una década.

    Para evitarlo se necesita una transición sin precedentes y de gran alcance en el sistema energético, en el transporte, en la industria, en la agricultura, en nuestra vida cotidiana…Si se quiere cumplir la meta del 1,5 se requiere una disminución global en 2030 del 55% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) -el principal gas de efecto invernadero- respecto al nivel de 1990. En 2050, esas emisiones -que mayoritariamente proceden de los combustibles fósiles- deben haber desaparecido, e incluso antes, para 2040.

    Con el actual modelo de crecimiento, depredador de recursos y generador de emisiones e impactos ambientales globales muy graves, nos acercamos hacia un punto de no retorno frente al cambio climático. Desde luego, no se trata de ser agoreros o de cargar las tintas para el futuro, pero la situación es muy grave, y se contempla no solamente el daño crítico a los ecosistemas, sino a la propia estructura de las sociedades tal como las conocemos.

    En los últimos tiempos y frente a la crisis climática se está hablando de la necesidad de una transición ecológica y energética basada en un amplio despliegue de infraestructuras de fuentes de energías renovables. De esta manera estamos asistiendo a un desarrollo masivo y a gran escala de proyectos de instalaciones renovables a nivel del conjunto del Estado español, y Navarra no es una excepción.

    En nuestra comunidad actualmente se están tramitando nuevos y numerosos proyectos de generación de energía eléctrica mediante renovables, desde parque eólicos en Lesaka, Tierra Estella (Urbasa-Andia), Lizoain-Arriasgoiti, Esteribar, Olaibar, Ezkabarte, Valle de Egües, Anotzibar, Zona Media (Valdorba, Ujué, Murillo el Fruto, Tafalla, Artajona) a parques solares en la zona de la Sierra de El Perdón y Olite, entre otros. Sin olvidar la avalancha de proyectos eólicos y solares a lo largo de toda la Ribera.

    Realizar esos proyectos va a suponer graves impactos en los ecosistemas en los que se quieren asentar. Y, sin embargo, difícilmente van a contribuir a frenar los problemas climáticos indicados. Esto es así por los límites que tienen las energías renovables, que se pueden resumir en:

    • Son intermitentes y no están concentradas, por lo que es necesario instalar muchas más infraestructuras para conseguir la producción energética necesaria.
    • En general producen electricidad, cuando actualmente el consumo eléctrico en Navarra es el 20% de la energía consumida. Esto implica una necesaria reestructuración de la economía que no está siendo planificada.
    • Y, además, siguen siendo dependientes de la extracción de materias primas, muchas de las cuales son escasas y requieren de mucha energía y mucho impacto ambiental para conseguirlas.
    • Por eso creemos que una simple transición tecnológica no es capaz por sí sola de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las renovables no son suficientes para proveernos de la cantidad de energía que consumimos hoy en día. Es necesario hacer frente a ese derroche en el consumo de una manera planificada y democrática, o de lo contrario la cruda realidad se impondrá y reduciremos el consumo a la fuerza y sin planificación.
    • Y son emisoras netas de CO2 en los primeros años de vida (2,5 años en el caso de los parques eólicos, y 5 años en el caso de los fotovoltaicos), que son precisamente los años críticos para evitar que se sobrepasen determinados puntos de inflexión.

    Pero, además, si no se planifica adecuadamente el despliegue de las renovables, nos encontraremos con un territorio que ya no será capaz de mantener nuestras necesidades. Como hemos dicho, las tecnologías renovables presentan marcados límites materiales y espaciales, en Navarra, y fuera de Navarra, y su desarrollo supone una nueva presión sobre el territorio, al requerir grandes extensiones de terreno, que pueden ocasionar graves impactos sobre la agricultura, el paisaje, la biodiversidad, los ecosistemas, y muchos aspectos más.

    Por todo ello, las entidades abajo firmantes queremos decir bien alto que la transición ecológica no puede quedarse en una mera sustitución de tecnologías fósiles por tecnologías renovables. Nuestra apuesta se basa en la generación distribuida y las pequeñas instalaciones renovables, que permiten una mayor compatibilidad con la ordenación del territorio, por su proximidad a los centros de consumo, así como una mejora de la eficiencia energética y la reducción del consumo energético, que no suponga continuar con el derroche actual.

    Una de las grandes ventajas de las renovables es su modularidad, que permite el desarrollo de instalaciones de pequeña escala con unos buenos niveles de eficiencia. Por ello, frente al modelo centralizado de lo grande, proponemos un verdadero modelo distribuido que acerque los puntos de generación al consumo y reduzca significativamente las pérdidas de transporte, aprovechando los recursos locales.

    Estamos ante un momento decisivo, ya que durante los próximos meses viene encima un aluvión de proyectos de renovables a gran escala en Navarra. En este contexto, consideramos que es necesario abrir un debate social amplio entre todos los estamentos implicados y la ciudadanía; y decidir si como sociedad somos conscientes de la emergencia climática; si estamos dispuestos y dispuestas a hacer prevalecer los valores medioambientales y sociales frente a los intereses económicos; si vamos a hacer un esfuerzo para reducir las necesidades energéticas, materiales de nuestra sociedad; si estamos dispuestos y dispuestas a cambiar nuestros hábitos y niveles de consumo y modo de vida, incluso a costa de perder algunas comodidades; si Navarra, desde la reflexión, el sosiego y la planificación democrática, puede ser un modelo de transición energética, o solo va a figurar en las estadísticas como mero productor de energía renovable; si somos conscientes de que las renovables también tienen límites, o seguimos pensando que la tecnología es la solución a todos los problemas que nos acechan; si queremos participar como ciudadanas y ciudadanos en la generación de nuestra propia energía, fortaleciendo el poder municipal y comunal, o vamos a permanecer como meros agentes consumidores, a merced de un modelo centralizado, propiedad del oligopolio energético; si queremos proteger nuestra agricultura, nuestras montañas, nuestros valles, nuestros pueblos, nuestro patrimonio medioambiental, nuestra diversidad cultural y nuestra forma de entender la naturaleza; o si realmente no apostamos por ello.

    El anteproyecto de Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética podía haber contribuido a sentar unas bases firmes con las que luchar contra el cambio climático; una gran oportunidad de modificar el modelo energético actual. No ha sido así. Y el resto de legislación medioambiental es absolutamente insuficiente frente a la cantidad de macroproyectos de energías renovables que se nos viene encima.

    La necesidad de cumplir a tiempo con los objetivos de reducción de emisiones, el desmedido afán económico de las empresas energéticas, así como la falta de planificación para llevar a cabo el ingente despliegue de infraestructuras de energías renovables, pueden contribuir a agrandar el problema, en lugar de mitigarlo. Y luego ya será tarde.

    Ante esta grave situación exigimos al Gobierno y al Parlamento de Navarra que regulen y planifiquen, legislando adecuadamente el desarrollo renovable en nuestra comunidad. No permitamos que la precipitación, las prisas y los intereses económicos marquen el camino. No permitamos que en nombre de la transición energética volvamos a repetir los mismos errores, con modelos especulativos y de lucro. Es el momento de que la transición ecológica y energética que necesita nuestra comunidad esté a la altura de su paisaje, de su biodiversidad, de su cultura, de sus campos, de su agricultura, y de su ciudadanía.

    Mientras tanto, las entidades firmantes exigimos la inmediata suspensión de todos los procedimientos administrativos, actualmente en tramitación, de macro plantas eólicas, fotovoltaicas e infraestructuras asociadas. El objetivo de esta moratoria no es otro que permitir la elaboración de normas adicionales de gestión en materia de protección del medio para que el desarrollo de las instalaciones de generación sea efectivo y compatible con el entorno, la protección de la biodiversidad y de las comunidades sociales y su arraigo en el territorio.

    FIRMANTES:
    A TOMAR VIENTO – ESTERIBAR BIZIRIK
    ENDARA BIZIRIK (Lesaka)
    GAZTELUZAR (Leoz)
    HAIZE BERRIAK
    OLAIBAR BIZIRIK
    PLATAFORMA URBASA-HANDIA BIZIRIK
    SALVEMOS EGUESIBAR ZAIN DEZAGUN
    SALVEMOS EL PERDON 4.0 ERRENIEGA SALBA DEZAGUN

    PRIMERAS ADHESIONES:
    EHNE, ECOLOGISTAS EN ACCION, LURRA NAFARROA, SUSTRAI ERAKUNTZA FUNDAZIOA, EKOLOGISTAK MARTXAN IRUÑEA, EXTINTION REBELLION PAMPLONA/IRUÑEA

    Un momento de la rueda de prensa en la que se ha presentado el manifiesto