Como sabéis, 15 colectivos y personas pertenecientes a diversas asociaciones hemos sido citadas a un acto de conciliación este miércoles 30 de marzo por parte de la empresa propietaria de la macrogranja de Caparroso y de la proyectada para Noviercas (Soria),Valle de Odieta – HTN. Este acto de conciliación es el paso previo obligatorio en el proceso penal si es que después del mismo, y en el caso de no haber acuerdo, la empresa decide interponer una querella, al parecer por resultarle injuriosas y/o calumniosas las informaciones que estos colectivos hicieron públicas con fecha a 10 de septiembre.
Estas informaciones supuestamente calumniosas hacen referencia a un informe que contenía diversa información sobre la situación de dicha macrogranja, que fue entregado a los distintos grupos que conforman el Parlamento de Navarra y después presentado en Rueda de Prensa el pasado 10 de septiembre de 2021.
El informe consta de 178 páginas entre las que figuran documentos oficiales que hacen referencia a expedientes administrativos que la empresa lleva recibiendo desde 2014, a la contaminación del agua por nitratos en Villafranca y Marcilla, a las ayudas de la PAC y europeas recibidas por la empresa, al consumo de agua y las concesiones de las que dispone, a la actividad en la planta de biometanización o al uso inadecuado que hace del término “bio”.
Nuestra intención era la de informar a los grupos políticos de la situación que se estaba dando respecto a esta empresa (con el respaldo de documentos y datos oficiales), para que las personas responsables dentro del ámbito político estuvieran informadas y pudieran formular al parlamento las preguntas correspondientes. Queríamos también poner de manifiesto ante la opinión pública y ante los gobiernos que estos modelos de explotación industrial, más allá del caso concreto, son problemáticos, contaminantes y poco o nada sostenibles.
Es difícil pensar que un documento que contiene información técnica y datos oficiales redactado por personas ejerciendo su derecho de libertad de expresión, dañe más la reputación de dicha empresa que los propios expedientes administrativos sancionadores que se recogen en el informe.
Sabemos que esta situación responde a una estrategia de la empresa para amedrentarnos y así evitar que se conozcan las consecuencias que el modelo de ganadería industrial acarrea. Este tipo de estrategias entran en lo que se conoce como SLAPP: demandas presentadas por actores poderosos, generalmente grandes empresas o despachos, para acallar a quienes denuncian alguna irregularidad en relación a asuntos públicos.
El modelo ganadero de explotación industrial acarrea consecuencias muy concretas para el entorno en el que se ubica. Más allá del debate sobre el maltrato animal, existen toda una serie de consecuencias ambientales y sociales nocivas. Hablamos de la gestión de la enorme cantidad de residuos generados, de la inevitable contaminación de tierras y acuíferos por nitratos y otros elementos. Este modelo industrial ahonda en la dependencia agraria de los combustibles fósiles, de los fertilizantes y de los antibióticos, sostiene dinámicas de deforestación para el cultivo de soja y otros monocultivos que alimentan al ganado, tanto en nuestro entorno como en otras partes del mundo. Este modelo lejos de generar empleo, precariza las vidas de las personas que viven en el medio rural de las macro-explotaciones, monopoliza recursos, provoca la desaparición de las pequeñas explotaciones en una sangría sin fin y a medio plazo no genera riqueza alguna sino pérdidas.
Nosotras creemos en modelos de soberanía alimentaria, en un modelo de ganadería de pequeñas y medianas explotaciones profesionales vinculadas a la tierra y al territorio, con personas dedicadas a la actividad, que respetan y cuidan los ciclos, los recursos y los bienes naturales, que promueven la biodiversidad, que abastecen de alimentos de calidad a la población a un precio justo y que garanticen un futuro de desarrollo sostenible para nuestros pueblos. Estamos a las puertas de una emergencia climática, en plena crisis internacional y económica por la cada vez mayor escasez de combustibles fósiles. No es un secreto que vienen años de sequías. Por eso, creemos que hipotecar nuestro entorno para el beneficio económico de unos pocos es una irresponsabilidad lamentable, por lo que seguiremos socializando información, tejiendo redes y promoviendo modelos que traigan esperanza e inercias sostenibles.
Las entidades citadas son, en el mismo orden que aparecen en la citación: Alnus, Marcilla Viva, Asamblea Soberanía Alimentaria, REAS Nafarroa, Asociación Hacendera, Compañía de las Tres Erres, Asociación Lurra, Ekologistak Martxan – Ecologistas en Acción, Urbizi Nueva Cultura del Agua, Etxalde Nekazaritza iraunkorra, Greenpeace, Landare, Mugarik Gabe Nafarroa Asociación para la Ayuda y Cooperación con los Pueblos del Sur, y Fundación Sustrai Erakuntza.
Sin embargo, querríamos recalcar, que no somos solo estas 14 organizaciones, sino que ya somos miles. Queríamos agradecer a las ya más de 1600 personas y 162 colectivos que nos han dado su apoyo, y a todas las que os encontráis aquí hoy con nosotras. Queremos dejar claro que rechazamos el modelo de ganadería industrial instaurado en Navarra, y que a pesar de las presiones seguiremos adelante hasta que esto cambie.
¡STOP Ganadería industrial!¡No nos callarán!