Hoy, 23 de noviembre, junto al Monumento a los Fueros se ha presentado el Llamamiento Popular por la Paralización del Tren de Alta Velocidad. En esta concentración han participado mas de 200 personas. En este llamamiento se ha querido expresar la voz y la voluntad de la sociedad navarra, que considera que la construcción del TAV supone una grave amenaza social, medioambiental, económica y cultural.
En el acto se ha dado una lectura del manifiesto como respuesta al falso interesado debate en torno a la unión del TAV navarro con la Y vasca, que lo único que pretende es cerrar filas en favor del TAV, como si no existiera otra alternativa. Tras señalar diferentes razones por las que se aboga por la paralización de las obras del TAV (económicas, cohesión territorial, despilfarro energético, participación, intereses especulativos, etc), las personas firmantes del manifiesto han exigido la paralización total de las obras del TAV, y la restitución de los territorios afectados, la apertura de un debate participativo en torno al modelo de transporte, abordar la reducción del trafico de mercancías en clave de soberanía alimentaria y energética, y la mejora de la actual red ferroviaria.
Al Manifiesto han mostrado su adhesión 500 personas de todas las merindades de Navarra. Personas pertenecientes a distintos sectores económicos (agroganadería, industrial, salud, enseñanza, servicios sociales, ferroviario,…); actividades profesionales (abogacía, medios de comunicación, fisioterapia,…); organizaciones juveniles y sindicales; sindicatos estudiantiles y de vivienda; plataformas y grupos en defensa de la salud, del euskera, de la tierra y de los derechos sociales; organizaciones sociales, políticas, feministas y de mujeres trabajadoras; responsables municipales; así como un amplio espectro del mundo cultural (edición, literatura, teatro, música, dibujo, bertsolarismo, pintura, cine, …) y deportivo. El manifiesto completo se presenta a continuación.
LLAMAMIENTO POPULAR POR LA PARALIZACIÓN DEL PROYECTO DEL TAV
En los últimos meses hemos asistido con gran hastío al pseudo debate entre políticos y “expertos” acerca de la conexión de la Y vasca y el corredor navarro del TAV. Este falso e interesado debate entre Vitoria y Ezkio tiene como único objetivo cerrar filas en favor del TAV como si no existiera otra alternativa.
Las personas firmantes, pertenecientes a sectores y colectivos afectados de diferentes maneras por la construcción de esta macro infraestructura, abogamos por la paralización de las obras del TAV por los siguientes motivos:
– Porque destroza irreversiblemente el territorio en un momento de crisis eco-social global, donde la defensa de la tierra es la única garantía para asegurar el futuro de la humanidad.
– Porque supone un despilfarro inaceptable de recursos públicos y un aumento de la deuda de las generaciones venideras, tanto en su construcción como en su mantenimiento.
– Porque como han demostrado decenas de estudios, carece de ningún tipo de rentabilidad ni económica ni social. Los gastos de su construcción no se recuperarán nunca y, además, en nuestro caso, su explotación también será deficitaria por el bajo número de pasajeras, lo que exigirá una continua financiación pública.
– Porque los recursos derrochados en el TAV no se invierten en mejorar sectores tan necesitados como la educación y sanidad públicas, en suprimir las situaciones de exclusión social tan alarmantes, en facilitar el acceso a la vivienda digna para toda la población, en combatir la pobreza energética y en reducir el precio de los alimentos básicos.
– Porque en vez de favorecer la cohesión territorial, es un elemento más de concentración de la población en las ciudades y abandono de la vida rural. Tafalla, Castejón y Alsasua se quedarán sin servicios de larga distancia y el resto de estaciones irán desapareciendo siguiendo la tónica de los últimos años.
– Porque supone un despilfarro energético intolerable en un momento en el que la reducción del consumo energético debiera ser crucial.
– Porque en contra de la propaganda oficial, no reducirá el tráfico de las carreteras.
– Porque a pesar de ser la infraestructura más devastadora, despilfarradora y antisocial de la historia no solo de Navarra sino de EH en su conjunto, se ha impuesto al pueblo sin ningún tipo de mecanismo participativo, ignorando opiniones no solo técnicas, sino también de otras organizaciones que lo desaconsejaban (UPV, AIREF, Tribunales de Cuentas español y europeo, incluso la patronal CEOE).
– Porque favorece los pelotazos especulativos en las inmediaciones de todas sus estaciones, como lo demuestra el caso de Etxabakoitz y el resto de las capitales vascas, mientras una gran parte de la población tiene serios problemas de vivienda y los desahucios continúan.
– Porque responde exclusivamente a los intereses de las grandes constructoras, la banca y los partidos que lo impulsan, siendo las clases populares las que lo financian con sus impuestos y lo construyen en condiciones de alta precariedad y explotación laboral.
– Porque su objetivo es la construcción de un tren elitista para un porcentaje muy pequeño de la sociedad en detrimento del tren convencional, el empleado por las clases populares, que va siendo desmantelado de forma inexorable.
– Porque el mito del TAV, a día de hoy, se resquebraja: la pretendida conexión de alta velocidad con Europa está en entredicho; también se ha demostrado que no va a llevar mercancías de forma significativa; ya no es sinónimo ni de modernidad ni de tren ecológico como predicaban; y para colmo, ya nadie se cree ninguna de las fechas anunciadas de puesta en servicio, desmentidas una y otra vez por la tozuda realidad.
– Y, en definitiva, porque todavía estamos a tiempo de pararlo. No es cierto que ya está hecho como pretenden hacernos creer. Según datos de AIREF, en la CAV todavía falta el 50% de la inversión y en Navarra más del 90%.
Por todo ello, las personas firmantes exigimos de una vez por todas:
– La paralización total de las obras del TAV y que se restituyan los territorios afectados.
– La apertura de un debate participativo en torno al modelo de transporte necesario actualmente dentro de uno más global sobre el modelo social.
– La reducción del tráfico de mercancías, fomentando la economía local para asegurar mayores cotas de soberanía alimentaria y energética.
– La mejora de la actual red ferroviaria, recuperando el personal, las instalaciones y servicios desmantelados en los últimos años a consecuencia del desvío presupuestario para el TAV.