Artículo de opinión de la Fundación Sustrai Erakuntza. Hay versiones resumidas de este artículo: castellano, euskera.
…A favor de la sostenibilidad en la gestión de los Residuos Sólidos Urbanos, en contra de la especulación económica…
Oculta debajo de esta llamada «crisis» económica en Europa, parece estar la auténtica crisis: la crisis energética más grave de la historia de la humanidad. No solo una crisis del petróleo (se acabó el petróleo barato), sino que mucho más allá se trata de una crisis de recursos global: petróleo, gas, minerales, uranio, materias primas, agua, alimentos, etc.
En pleno cambio histórico y completamente a contrapié, much@s polític@s están siendo completamente desbordados por los acontecimientos y, sin realizar mayores reflexiones, están a las órdenes de la especulación económica, a las órdenes del gran negocio manejado por pocas manos. Bajo estas directrices y esta coyuntura, se ha trasladado parte del negocio especulativo (“burbuja«) que se ha vivido en la construcción, al negocio especulativo de la energía, y finalmente al negocio especulativo de la gestión de los residuos.
Al igual que pasa con la energía, para impulsar el negocio de la gestión de los residuos es necesario fomentar un modelo de sociedad más derrochadora, en este caso de materiales consumibles: más y más bienes de consumo, más y más recipientes, botes, envoltorios, bolsas… más materiales. Por eso llevamos varias décadas de involución hacia un modelo de sociedad que huye de planteamientos como el consumo moderado o la reutilización de recipientes y estamos viajando hacia un modelo que apuesta por el derroche y consumo sin límites.
La recogida y gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) es un negocio especulativo en el que se factura en Navarra varias docenas de millones de euros todos los años. Por un lado se facturan varios millones para la recogida de los residuos pueblo a pueblo, por otro se factura el reciclaje de una parte de ellos y finalmente se facturan varios millones para su gestión en vertedero. Para visualizar esto mejor: cuando compramos una botella de refresco, en el precio de compra pagamos una cantidad para que esa botella pueda ser reciclada, luego vía tasas pagamos una cantidad para que nos recojan la botella de la basura, y para que o bien sea reciclada o bien sea llevada a vertedero (o incinerada, en el peor de los casos).
Curiosamente vinculado al sector de los residuos está el sector de los recursos materiales y de la energía. En apenas 10 años el precio del petróleo se ha encarecido un 600%, y el precio de la energía eléctrica y del gasóleo se han encarecido un 300%. Por otro lado “curiosamente» la cantidad de RSU generados por navarr@ y año se ha multiplicado en apenas unos años.
Dentro de este contexto, la incineración de residuos cada vez es mejor negocio. Si el petróleo, el gasóleo o el gas aumentan exponencialmente sus precios, los especuladores de la energía buscan otros «combustibles» para incinerar y seguir ganando dinero como ocurre ahora. Desde esta perspectiva interesa la máxima producción de residuos para luego producir la máxima energía en su incineración.
Algunos partidos políticos intentan ocultar todo este gran debate bajo una sola cuestión: ¿estás a favor o en contra del puerta a puerta que está intentando organizar Bildu en Sakana?
Desde la Fundación Sustrai Erakuntza, creemos que el debate de los residuos es infinitamente más importante y más profundo. Hay que remarcar que es un debate vinculado a la economía, a la salud de las personas, al medio ambiente y a la sostenibilidad de nuestra sociedad. La cuestión es qué podemos hacer y cómo podemos gestionar los residuos de forma más sostenible.
En primer lugar, si este sector estuviese gestionado y organizado desde las instituciones públicas, cuestión fundamental, sería imprescindible reorganizar la sociedad con el objetivo prioritario del ahorro en recursos y en energía. Esto en la gestión de los residuos se denomina la primera «R»: la reducción de los materiales utilizados. ¿Porqué para comprar una simple magdalena hay que comprar un montón de envoltorios fabricados con diferentes materiales?
En segundo lugar, se tendría que apostar por la segunda «R»: la reutilización de los materiales utilizados. ¿Porqué no se gestionan las botellas de vidrio y otros envases para ser reutilizados varias veces como se hacía no hace tanto tiempo?
En tercer lugar, el reciclaje, la tercera «R»: ¿Cómo organizar la recogida y la gestión de los residuos para conseguir un reciclaje del 80 ó el 90% de los mismos?
Creemos que se debería apostar activamente para gestionar los RSU de forma más cercana, más local, y apoyar una gestión completamente pública.
Gestión local que tenga la máxima repercusión social y económica en la vida de Navarra. Potenciar la independencia energética, económica y política de los pueblos y valles. Que sean éstos capaces de gestionar los residuos al máximo, procesarlos, comercializarlos y utilizarlos. Democratizar las decisiones, democratizar los recursos materiales y democratizar la economía. Sostenibilidad, pero no solo medioambiental sino también económica, social y política. Se debe descentralizar el manejo de residuos para abordarlo en pequeña escala.
¿Cuál es el primer aspecto clave para tener éxito en este planteamiento? La separación al máximo de los residuos que generamos, independientemente del método utilizado, se llame puerta a puerta o se llame como se quiera.
El sistema puerta a puerta que se está organizando en Sakana, y puesto en práctica en múltiples municipios de Catalunya, Italia, Flandes o Gipuzkoa por ejemplo, consigue altísimos porcentajes de separación de los RSU. Lograr esta separación tiene como consecuencia que los materiales separados dejan de ser residuos y se convierten en recursos materiales con múltiples usos potenciales para poder ser reciclados: los envases de polietileno correctamente separados se venden para fabricar otros recipientes de polietileno, la materia orgánica correctamente separada se usa para hacer compost utilizado para fertilizar en la agricultura, el papel y cartón correctamente separados se venden para fabricar pasta de celulosa, etc.
Es decir cada tonelada de RSU correctamente separada tiene dos consecuencias económicas directas: el municipio ya no tiene que pagar a un vertedero o incineradora a donde llevar estos residuos, y por otro lado ingresa unas cantidades económicas por la venta de los materiales reciclados.
¿Son todo ventajas económicas gestionar los residuos de manera eficiente separándolos al máximo? No, evidentemente hace falta mucha más mano de obra para la recogida y gestión de los mismos. Pero de esta manera se crean puestos de trabajo a nivel local.
¿Y de dónde se generan los recursos económicos para costear esos sueldos? Por un lado se costean con el dinero que se evita de pagar al vertedero o incineradora, y por otro lado con el dinero generado con la venta de los materiales separados vendidos. Es decir se potencian muchos pequeños «negocios» a nivel local en vez de potenciar un gran negocio deslocalizado.
Cada vez que se entierra en un vertedero o se incinera un producto hay que volver a fabricarlo, y eso implica por un lado un coste económico que sale de los y las contribuyentes, y por otro lado implica un consumo de energía, contaminación y contribución al cambio climático.
De esta manera, los pasos a dar son de sentido común. El problema de la basura es una cuestión de organización, educación y liderazgo político.
Fundación Sustrai Erakuntza