Las extracciones de agua subterránea en Valdega producen el secado de sus manantiales y la disminución del caudal del río Ega, por lo que la Asociación Salvemos el Ega – Ega Bizirik encargó la realización de un profundo análisis. Os presentamos el estudio (archivo pdf, 6,4 Mb) realizado por Iñaki Antigüedad (entre otros) que analiza la tendencia en las últimas décadas de los flujos de agua en Valdega. A continuación teneis las conclusiones del informe, pero antes os pedimos que firméis estas alegaciones contra las pretensiones de aumentar las extracciones…
El informe «Estudio de tendencias en las series cronológicas de la cuenca del río Ega» (archivo pdf, 6,4 Mb), elaborado por Ane Zabaleta e Iñaki Antigüedad, miembros del Grupo de Investigación en Hidrogeología y Medio Ambiente de la Universidad del País Vasco, ha analizado los datos de caudal del río Ega y del acuífero Lóquiz desde los primeros años 1990 hasta la actualidad. El objetivo principal del estudio era analizar las tendencias temporales en las series disponibles de precipitación, piezometría, caudales y extracciones en la cuenca del Ega, bajo la premisa de que ese conocimiento es fundamental, y previo, a cualquier actuación que pueda llegar a afectar, a corto o medio plazo, el régimen de caudales del río Ega.
A continuación se presentan las principales conclusiones del informe:
En lo que respecta a las series meteorológicas (precipitación, temperatura), para el periodo 1990-2012, no se muestran tendencias significativas, en ningún sentido, lo que sirve, al menos, para no poder esgrimir cambios en las precipitaciones de la zona geográfica objeto de estudio como causa principal de las tendencias observadas en los caudales o en la piezometría en lugares concretos de la zona.
Respecto a las series piezométricas (fluctuación de niveles en pozos), a pesar de las lagunas existentes en las series, se han podido tratar series mensuales durante el periodo 2005-2012. Este análisis refleja una tendencia general (13 de 18 pozos), y significativa estadísticamente, a la disminución de los niveles (tendencia negativa) en los sectores de Mendaza, Asarta, Mendilibarri, Acedo, y Piedramillera; en el entorno de Ancín la mayoría de los pozos muestran esa tendencia general negativa, excepto el Ancín R7 que muestra la contraria.
No es fácil buscar las causas de este descenso generalizado de niveles piezométricos, concentrado en zonas entre Asarta-Acedo, al oeste, y Murieta, al este (los pozos de Zuñiga se sitúan en un tramo más alto del Ega, hacia el Oeste). La causa climática, como factor externo, hay que tenerla presente, como posibilidad, si bien, como se ha indicado antes, no parece ser la principal. Otra causa a tener muy presente, interna en este caso, son las extracciones que se llevan produciendo en pozos de esta área desde hace varios años, al menos desde 1990, primero en el entorno del núcleo de Ancín y luego ampliadas al sector de Mendaza.
Las series de extracciones muestran una tendencia positiva al aumento de las mismas, claramente significativa estadísticamente, de manera que se pasa de una extracción conjunta (en las captaciones del sector considerado) de 106.997 m3 en enero de 1990 a 266.560 m3 en diciembre de 2013, con un cambio significativo en la fuente de extracción en diciembre 2004/enero 2005 cuando se sustituye las tomas superficiales por el pozo Mendaza P2.
Las extracciones de agua de la comunidad de regantes de Valdega en Legaria no muestran ningún tipo de tendencia, ni positiva ni negativa, entre 2002 y 2012. Además, constituyen la menor parte de las extracciones totales de agua de esta zona. En cualquier caso, y aunque estas extracciones tengan algún tipo de influencia en el caudal del Ega que llega a Murieta, reduciendo el mismo, no parece posible que influyan de ninguna manera en la disminución del nivel piezométrico de esta zona, teniendo en cuenta que en este tramo es el río el que recibe agua del acuífero y no es al contrario.
Pero además de lo ahora señalado, otro aspecto que hace aún más complejo el detalle de la relación “tendencia positiva en las extracciones-tendencia negativa en la piezometría”, y su modelización, es la presencia cercana del río Ega, claramente relacionado con el acuífero, aunque de diferente forma según sea el tramo anterior o posterior a Ancín, tal y como lo reflejan los dos estudios encargados por el Gobierno de Navarra: “Ampliación y actualización de los estudios hidrogeológicos de la Unidad de Lóquiz (Navarra)”, del año 1998; y “Estudio de evaluación de las posibilidades de explotación sostenible de los recursos hídricos subterráneos de la U.H. de Lóquiz en el Sector de Ancín (Navarra). Informe Final”, del año 2005.
Para el primero de ellos se efectuaron varios ensayos de bombeo, con fines de investigación, por tanto de corta duración (una semana) en pozos de Ancín y de Mendaza, mostrándose claramente que los bombeos inducían un descenso generalizado en los niveles de los pozos de toda el área. Este hecho indica que es de todo punto razonable pensar que la extracción por bombeos continuados, durante muchos años, en los sectores de Ancín y Mendaza, sea una causa fundamental de la tendencia general a la disminución de niveles piezométricos observada en el análisis estadístico efectuado en el presente estudio.
Esta disminución en los niveles piezometricos ha de tener algún tipo de afección al caudal del río Ega. De este modo, al observar las tendencias en las series de caudales se observa que en la estación de Ancín hay tendencia positiva significativa (aumento de caudal) a escala mensual y, sobre todo, diaria. Mientras, en Murieta la tendencia es significativamente negativa (disminución de caudal) a escala anual y, sobre todo, diaria. Donde las tendencias se mantienen a cualquier escala, y siempre negativas, es en la serie que recoge las diferencias de caudal entre las estaciones de Ancín y Murieta (Ancín-Murieta).
Se deriva de estas observaciones una clara tendencia temporal a la disminución de las aportaciones del acuífero al río Ega en ese tramo, que, como reflejan los estudios antes citados, constituye el eje principal de descarga del acuífero. Hay que pensar, necesariamente, en que esa tendencia sea una consecuencia de las extracciones continuadas llevadas a cabo en el acuífero, tal y como cabía esperar de las simulaciones de la modelización hace años realizada.
Mayor preocupación supone observar que esas tendencias negativas en los caudales se centran, sobre todo, en las épocas de verano y, más aun, en otoño época esta última en la que la tendencia se generaliza al resto de series de caudal tratadas, incluyendo Ancín (sólo Arquijas no presenta tendencia significativa). Es preocupante porque, obviamente, no es lo mismo la tendencia a la disminución de caudales en momentos de aguas altas, o medias, que en momentos de aguas bajas (estiaje) en los que la probabilidad de afección a la vida del río (biota, calidad de las aguas) aumenta, poniendo en peligro el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua que aspira a devolver a los ríos su buen estado ecológico, como base, también, para su sano disfrute por la ciudadanía.
Finalmente, y a modo de síntesis y conclusión, se observan tendencias preocupantes a la disminución de caudales en el río Ega aguas debajo de Ancín, debidas a una aún mayor tendencia a la disminución de las aportaciones naturales del acuífero al río en ese tramo. Esta última necesariamente hay que ponerla en relación con las extracciones continuadas llevadas a cabo en los últimos años en el sector Ancín-Mendaza. Estas tendencias se centran sobre todo en las épocas de verano-otoño, es decir, en la época de menores caudales, y tienen consecuencias en los factores que caracterizan el buen estado ecológico de las masas de agua, objetivo, no se olvide, de la Directiva Marco del Agua.
Así, los datos indican que en los años 1991-1992 el 45% de las jornadas el río registraba un caudal inferior a 500 litros por segundo, mientras que en los años 2011-2012 fueron el 80% de los días. En cuanto al acuífero, en 1991 el 15% de los días estaba por debajo de ese caudal mientras que en 2011 llegó al 60%. De este modo, se puede concluir que el río Ega está perdiendo su caudal desde Ancín hacia Murieta de manera considerable en los últimos años, no solo debido a los cambios climatológicos, sino sobre todo por las excesivas extracciones de su agua.