Gaseoducto por Aralar, resumen del proyecto y sus impactos ambientales

    eu 30 Nov 2022 - Energía, Informes de Sustrai

    Recientemente el Tribunal Supremo ratificó el “reconocimiento de utilidad pública” al proyecto presentado en abril de 2019 por parte de la empresa Nedgia Navarra SA y con la ayuda del Gobierno de Navarra para la realización de un gasoducto que atravesará la sierra de Aralar desde Etxeberri hasta Lekunberri, con el fin de llevar gas natural hasta el polígono industrial Albiasualde de Lekunberri. Después del fallo del Tribunal, se espera que las obras empiecen en cualquier momento.

    En un momento histórico en el que no solo la crisis del petróleo, cuya producción probablemente tocó techo en el año 2018, sino también la del gas natural se nos echa encima, cuyo pico se espera probablemente para alrededor del año 2030, creemos que es necesario estar a la altura para poder hacer frente a los problemas que se nos van a presentar en un futuro próximo. Creemos que el hecho de invertir ingentes sumas de dinero para llevar a cabo esta infraestructura megalómana, que supondría una pérdida enorme del ecosistema de la Zona Especial de Conservación de Aralar y alrededores, va en una dirección completamente opuesta al escenario planteado de inminente descenso de producción de gas natural, ya que, a fin de cuentas, la infraestructura proyectada tendría una muy corta vida útil, en lo que respecta a la garantía de suministro en su máximo rendimiento.

    En el presente documento nos proponemos presentar las cuestiones clave de este proyecto, del Estudio de Impacto Ambiental que se realizó en su momento y resumir las alegaciones que en su día presentamos.

    Alternativas de trazado

    En el proyecto inicial se planteaban 4 alternativas de trazado:

    • Alternativa 1: Trazado desde Zuatzu, Satrustegi, Egiarreta, Madotz, Oderitz, Astitz, Alli, atravesando la ZEC Sierra de Aralar.
    • Alternativa 2: Trazado desde Etxeberri-Irurtzun, siguiendo la Vía Verde del Plazaola.
    • Alternativa 3: Trazado desde Leitza, siguiendo en parte la traza de la autovía A-15.
    • Alternativa 4: Trazado desde Etxeberri, pasando por Oderitz, Astitz y Alli, atravesando 5 km de ZEC Sierra de Aralar.

    Características de la infraestructura

    De las cuatro alternativas de trazado presentadas, la elegida después de realizarse el Estudio de Impacto Ambiental es la alternativa 4, que a continuación resumiremos. Partirá de la red de distribución que hay en Etxeberri, propiedad también de la empresa Nedgia Navarra SA y llegará hasta el polígono industrial Albiasualde, situado en el término municipal de Lekunberri, pero sin llegar el suministro hasta la población misma de Lekunberri. El trazado tendrá una longitud de 14.671 metros, una anchura de 8 metros en la que se eliminará la vegetación durante la obra, una profundidad de entre 0,8 y 1,5 metros dependiendo del terreno, y un diámetro de 6 pulgadas. La antena de suministro será de acero y la presión del gas suministrado será de 16 bar. La obra supondrá la tala de más de 6.000 árboles. 

    Estudio de impacto ambiental realizado por Argilur

    Argilur realizó en enero de 2019 un Estudio de Impacto Ambiental del cual destacamos el hecho de que las alternativas 1 y 3 quedaban eliminadas por afectar a elementos clave (roquedos y su vegetación y especies singulares) de la ZEC Sierra de Aralar y por discurrir por paisajes valiosos. Sin embargo, en dicho informe se aboga por la alternativa 4, que discurre asimismo a lo largo de 5 km por la ZEC Aralar, y de la cual se exponen los siguientes posibles impactos:

    • El informe no entra en el tema de los riesgos geofísicos o hidráulicos al considerar que la magnitud de la excavación, “una estrecha zanja con un metro de profundidad, es muy favorable a que nada pase”, aunque acto seguido alerta sobre la irregularidad de la superficie de las calizas karstificadas y pide precaución.
    • En lo que respecta a la hidrogeología, el trazado seleccionado discurrir por las áreas de recarga de Latasa (descarga al río Larraun entre Latasa e Irurtzun), Irañeta (descarga a los manantiales de Irañeta y Huarte-Arakil) e Iribas (descarga a los manantiales de Aitzarreta e Iribas que acaban juntando sus aguas). El mismo informe alerta sobre la existencia de manantiales de acuíferos epikársticos en la zona y califica la contaminación de las áreas de recarga y los acuíferos con una “vulnerabilidad alta”, ya que se trata de “formaciones litológicas permeables” y desde la calle de trabajo podrían llegar terrígenos, derivados petrolíferos y otros contaminantes químicos a los acuíferos y desde estos a las captaciones. El informe califica este riesgo de “cierto”, aunque “reversible y recuperable”, en tanto que solo se limitaba a la fase de obras y, por tanto, “temporal”. Aunque luego también apunta que “la magnitud parece baja, la importancia alta” y “el nivel de impacto […] severo”.
    • En lo que a la flora de la ZEC Sierra de Aralar se refiere, en el informe se señala que el lugar alberga dos de las especies del Catálogo de Flora Amenazada de Navarra y también plantas propias de alta montaña, aunque dicho informe dice que el impacto de la obra a este respecto sea “inexistente”.
    • El ZEC Sierra de Aralar alberga asimismo diversas especies como el buitre leonado, alimoche, quebrantahuesos, pico mediano, pito negro, rana ágil, tritón alpino, ratón leonado, ratón de campo, lirón gris, lirón careto, gato montés, garduña, gineta, jabalí y corzo. El informe alega que, si las obras se levaran a cabo fuera del período de cría, el impacto sería “bajo”.

    Alegaciones

    Ya en 2019 se realizaron diversas alegaciones por parte de vecinos y administración de las zonas afectadas y por parte del grupo Kalaxka de Larraun y de la fundación Sustrai Erakuntza, en las que se remarcaba que:

    • El estudio de alternativas de trazados y de análisis de viabilidad carecía de rigor, al no justificar debidamente las razones para rechazar las diferentes alternativas.
      • En ningún momento se ha analizado la Alternativa Cero, que supone no hacer nada y mantener el suministro de gas natural al polígono de Lekunberri como actualmente está, con camiones cisterna. Según la legislación ambiental, es necesario analizar siempre la alternativa Cero, como una más de las posibilidades, y en este caso no se ha hecho.
      • En el caso de la alternativa 2, el proyecto decía considerar la posibilidad de trazado siguiendo la vía verde del Plazaola. Sin embargo, esto no era así, dado que el trazado que proponía esta alternativa iba en su mayor parte por la margen derecha del río Larraun, mientras que el Plazaola va por la margen izquierda. Este hecho produce que el análisis de esa alternativa supusiera un mayor coste económico y unos mayores impactos ambientales que si se hubieran analizado las alternativas de seguir realmente la vía del Plazaola, o seguir la carretera NA 1300 que une Irurtzun con Lekunberri. Estas dos posibilidades habrían reducido en gran medida el impacto ambiental de esta alternativa, ya que se trata de un espacio en el que ya existen infraestructuras.
      • La alternativa 3 desde Leitza fue rechazada por dudas con respecto a la garantía de suministro de 16 bar por parte de la infraestructura NORTEGAS (País Vasco), aunque con motivo de una consulta realizada por la asociación Kalaxka, el Gobierno Vasco indicase que no había problema con respecto a la presión de suministro. Quedaba claro, por tanto, que no se habían buscado alternativas técnicas que minimizasen el impacto ambiental, sino que se abogaba por alternativas fáciles de tramitar y económicas.
    • La alternativa número 4, la finalmente aprobada al ser considerada por el Estudio de Impacto Ambiental como la más favorable, transcurriría por áreas poco humanizadas y que preservan un gran valor natural, afectando a la ZEC de Conservación Sierra de Aralar y teniendo un fuerte impacto en zonas protegidas. El mismo informe alerta de que el trazado del gasoducto afectaría durante 5 km de su longitud al ZEC Sierra de Aralar. Las obras de construcción del suministro de gas afectarían tanto en superficie como en subsuelo a la zona y supondrían tala de más de 6.000 árboles, ruptura en las masas arbóreas, creación de servidumbres, incidencia en la población animal, afección al paisaje e incidencia en el sistema cárstico. El proyecto establecería, además, una barrera desnaturalizada dentro de una ZEC y dificultaría su conectividad a otras zonas catalogadas de importancia para el paso de la fauna y rompería con la continuidad de masas arboladas y matorrales.
    • La zona por donde discurriría esta alternativa tiene fuertes pendientes, como atestigua el propio Estudio de Impacto Ambiental. Eso obliga a realizar fuertes desmontes y terraplenes, para conseguir la “calle” de 8 metros de ancho por la que se haría pasar el gasoducto. Por lo tanto, en muchos lugares la zona en la que se eliminaría la vegetación sería mucho mayor que los 8 metros de ancho, llegando fácilmente a los 15-16 metros. Esto afectaría sobre todo a la traza entre Etxeberri y Oderitz. Y al ser suelos eminentemente arcillosos, el riesgo de erosión es muy grande.
    • El proyecto tiene un presupuesto de 2 millones de euros, con el que es difícil de conseguir realizar todas las obras previstas en buenas condiciones. De hecho, el proyecto no cuenta con un estudio de reforestación de las zonas en las que necesita talar árboles para el paso del gasoducto. También, se considera que no están adecuadamente medidas las cuestas en las que se interna la traza, que encarecerían el presupuesto. Teniendo en cuenta todo esto, cálculos independientes sobre el mismo proyecto lo elevarían a 6-7 millones de euros.
    • El proyecto afectaría a importantes acuíferos y sus zonas de recarga, poniendo en riesgo el abastecimiento humano de agua potable, tal y como reconoce el propio Estudio de Impacto Ambiental, discurriendo todos los trazados casi siempre por terrenos con vulnerabilidad media y alta, estando siempre en zonas de recarga y descarga de aguas subterráneas que abastecen a la mayoría de las poblaciones de Larraun-Lekunberri y Arakil-Irurtzun, poniendo en riesgo fuentes de agua potable de gran importancia. Se estima que las alternativas de Leitza (número 3) y la que transcurriría por el corredor de la carretera NA 1300 (número 2), desechadas por el Estudio de Impacto Ambiental, no tendrían ningún impacto sobre el agua de boca.
    • Además, el proyecto no plantea ninguna medida ante la posible aparición de cuevas y simas a lo largo del trazado, siendo ésta una zona predominantemente cárstica, no teniendo en cuenta, por tanto, el patrimonio geológico tan importante de la zona, donde se han podido realizar importantes descubrimientos espeleológicos.
    • Por último, cabe resaltar el impacto socioeconómico que el proyecto plantearía en las zonas rurales que atraviesa, dividiendo el territorio, generando importantes servidumbres en espacios agroganaderos, generando a su vez una desestructuración social en zonas rurales y en el sector primario, al modificar este proyecto tanto pastizales como suelo agrícola y teniendo en cuenta las consecuencias tan graves que tiene este modelo de desarrollo para el sector agrario.

    No al gasoducto de Aralar – otro modelo es posible

    Nos encontramos, una vez más, ante una situación en la que las grandes empresas que especulan con bienes básicos para la humanidad deciden por los gobiernos y las personas, anteponiendo sus intereses privados a los del ecosistema. No podemos permitir que una zona natural protegida, en la que ya en épocas ancestrales los gentiles construían sus dólmenes, quede completamente destrozada en sus entrañas por una infraestructura que a lo sumo pueda tener una vida útil, en términos de garantía de su máximo rendimiento, de unas pocas décadas. El crecimiento desenfrenado, del cual se nutre El Capitalismo, explotando en una tendencia ad infinitum los recursos de este mundo finito, está dando sus últimos coletazos y es necesario empezar a plantearse seriamente otro modelo de economía energética, basado en el decrecimiento, sin dejar por ello de cubrir las necesidades humanas necesarias para una vida digna.