Hay que reconducir el rumbo de la transición energética en Navarra

    eu 11 Jun 2025 - Energía, Notas de prensa

    Este es el texto que la coordinadora de plataformas contra grandes proyectos renovables de Navarra NEE/TEN (Nafarroako Energia Eraldatzen / Transformando la Energía Navarra) ha publicado con motivo de la presentación de alegaciones contra los proyectos eólicos de la empresa Arena Green Power en Olaibar y Artajona. Se ha realizado también una concentración ante el departamento de Industria del Gobierno de Navarra…

    El reciente apagón producido en la Península Ibérica ha puesto de manifiesto las debilidades de la transición energética que se está imponiendo: un sistema eléctrico privatizado, el negocio y la especulación, la integración descontrolada de las energía renovables, la dependencia fósil, la ausencia de planificación para disminuir de forma justa y racional el consumo material y energético…Y esto también sirve para describir lo que sucede en Navarra, donde campos y montes están ya saturados de instalaciones industriales eólicas y fotovoltaicas. Lejos de revertir y corregir los elementos anteriormente señalados, varias empresas, en especial el Grupo Arena, están promoviendo nuevos desarrollos eólicos y fotovoltaicos.

    De este modo, en las últimas semanas hemos visto como empresas del Grupo Arena promueven 2 nuevos polígonos eólicos: uno entre los valles de Olaibar y Esteribar y el otro en Artajona. Ambos proyectos se pretenden ubicar en el mismo lugar o cercanos a donde con anterioridad se denegaron otros proyectos de similares características.

    El proyecto de Olaibar, formado por 7 aerogeneradores de 5 MW cada uno y una altura total de 195 metros, se pretende ubicar muy cerca de donde una empresa del Grupo Sacyr propuso instalar el polígono eólico que denominó “Navarra 4”. Este proyecto fue denegado por el Gobierno de Navarra por su alta afección al medio ambiente, sobre todo a la avifauna, y a otros elementos clave de las zonas protegidas situadas en sus cercanías.

    Por su parte el proyecto de Artajona está formado por 8 molinos, que también son de 5 MW y altura cercana a los 200 metros. En este caso el proyecto se pretende instalar cerca de donde una empresa del grupo italiano Enel pretendía instalar el parque eólico “Enériz-Tirapu”. Este proyecto también se vio denegado por el Gobierno de Navarra por su impacto a la avifauna, y también (y posiblemente con más relevancia) por la gran acumulación de parques eólicos existentes ya en la zona, que causa graves impactos acumulativos y sinérgicos, y un importante impacto paisajístico.

    Vemos por lo tanto cómo el grupo empresarial Arena, que desembarcó en Navarra hace pocos años prometiendo grandes inversiones, vuelve a la carga para tratar de engordar su cartera de proyectos y beneficios. Lo hace por encima del sentir, múltiples veces expresado, de las poblaciones afectadas. E incluso ignora lo que el Gobierno ya ha determinado en anteriores ocasiones.

    A pesar de lo que se prometió en la Ley de Cambio Climático, seguimos sin una planificación de las zonas y los formatos en los que se deben instalar las infraestructuras renovables. Seguimos sin contar con los mapas de zonas adecuadas para estos proyectos (ni están ni se les espera). Seguimos sin procesos de toma de decisiones democráticas y sin medidas desmercantilizadoras para la instalación de este tipo de infraestructuras. Y, sobre todo, hay que recordar el contexto de emergencia ecológica en que nos encontramos, seguimos sin políticas y medidas de reducción del consumo de energía y materiales.

    Y todo ello sucede mientras que el sistema eléctrico estatal se encuentra sumido en el caos. El apagón demostró la fragilidad con la que se ha venido desarrollando la supuesta transición energética a las energías renovables. Una transición que no se está produciendo dado que la electricidad, que es la forma preponderante en que se producen las energías renovables, no está viendo aumentado su consumo. Al revés, desde 2008 el consumo de electricidad en Navarra no deja de disminuir, algo similar a lo que ocurre en el Estado Español y en toda Europa.

    Mientras el consumo eléctrico disminuye, la cantidad de polígonos renovables que la producen no para de aumentar. Así, la capacidad de producción de electricidad en España supera ya los 132 GW, gracias al aumento imparable de los últimos años de la implantación de renovables. Sin embargo, el consumo ha ido cayendo desde el pico de 2008 que se elevó a los 45 GW, estando en la actualidad rondando los 30 GW.

    A pesar de ello, los poderes políticos y económicos insisten y prefieren dar patada adelante, buscando equivocadamente el modo de utilizar toda esa capacidad de producción eléctrica ociosa. Ahí es donde debemos enmarcar tanto el impulso que se pretende dar a la producción de hidrógeno “verde, como a los centros de datos. El Gobierno de Navarra ha publicado recientemente sus intenciones de futuro para el desarrollo del hidrógeno, donde pretende tener en marcha 2 instalaciones de producción para 2026, a pesar de todas las incógnitas sobre su viabilidad. En cuanto a los centros de datos para la “nube” informática, también hemos visto recientemente cómo hay empresas que pretenden instalarlos en la Ribera de Navarra, en un movimiento que se está desarrollando en todo el Estado.

    Todo ello no hace sino agudizar los impactos que la implantación de las renovables está generando a escala mundial. En nuestros territorios por la construcción de estos polígonos industriales de producción eléctrica en suelo rural. Y en otras zonas del planeta por la necesaria extracción de los minerales y otros recursos necesarios para la construcción y funcionamiento de todo el sistema eléctrico, que precisa una gran cantidad de elementos diferentes, abarcando casi toda la tabla periódica.

    Por todo ello, debemos rechazar la instalación de nuevos grandes proyectos renovables en nuestro entorno y en otros lugares, por el impulso, la forma y objetivos que los animan. Porque la transición energética que han diseñado desde el poder político y económico no es adecuada. No sólo genera grandes impactos, si no que va a reproducir y llevarnos a situaciones límites como las provocadas por el consumo desaforado de los combustibles fósiles y todo tipo de materiales. El Cambio Climático es tan drástico que no hay tiempo para seguir con un capitalismo que promueve el crecimiento perpetuo. Si estamos en emergencia climática como declaraba el Gobierno de Navarra, que las medidas y respuestas sean coherentes con ella.

    Concentración realizada ante el departamento de Industria del Gobierno de Navarra esta mañana, para denunciar la implantación de estos proyectos eólicos.