El 3 de septiembre pasado el Boletín Oficial de Navarra publicaba el anuncio por el que el Gobierno de Navarra ponía a exposición pública la actualización del Plan Energético de Navarra. Debería de ser este un paso importante para el futuro de nuestra comunidad, dada la importancia que tiene la energía y el uso que hacemos de ella para la sostenibilidad de nuestra sociedad.
El proceso participativo está pasando sin pena ni gloría. Por ver un indicador del interés que esto suscita, se puede hacer un repaso a las noticias que ha emitido desde entonces el Departamento de Industria y Transición Ecológica. El consejero Irujo tan solo ha mencionado el plan energético y su actualización en un par de ocasiones en todo este tiempo.
Sin embargo, no hemos de olvidar la influencia que tiene la producción y el consumo de energía en temas tan cruciales como el Cambio Climático, la pérdida de ecosistemas y especies de fauna y flora, la progresiva escasez de recursos materiales… Algo que los gobiernos de todo el mundo parecen “implicados” en afrontar y solventar con la llamada “transición energética”, aunque los datos científicos y técnicos que se presentan sobre su evolución no parecen demasiado alentadores.
Así, por ejemplo, analizando la documentación de la nueva versión del Plan Energético de Navarra, se puede comprobar cómo desde hace más de 10 años el consumo energético de Navarra va al alza, incluyendo el de los combustibles fósiles, que suponen el 79,31% de toda la energía primaria consumida en Navarra, según el Plan. Y lo mismo ocurre con las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, que han aumentado hasta los 6,9 millones Tn de CO2-eq de 2021, muy cerca del máximo alcanzado en 2005 (7,1 millones). Se trata de una preocupante evolución en dirección contraria a lo que se pretende a través de la transición energética y de la Ley de Cambio Climático, que se supone, iban a intentar disminuir las emisiones y hacer frente así a la emergencia climática.
No es de extrañar, si tenemos en cuenta que el consumo de electricidad en Navarra tampoco despega, y sigue en disminución desde 2008. Y hay que tener en cuenta que la práctica totalidad de las energías renovables se producen en forma de electricidad. ¿Cómo queremos que aumenten las renovables y disminuya la dependencia fósil, si no aumenta el consumo de electricidad?
Ambas situaciones, aumento del consumo fósil y disminución de la electricidad, suceden en Navarra, que está considerada como la cuna de las instalaciones renovables de todo el Estado Español, y una de las comunidades que se presenta como modelo en materia de energías renovables. Se puede decir que este es uno de los muchos síntomas de que la llamada “transición energética” no está funcionando. Y además está ocurriendo que el aumento de la producción de energías renovables se está sumando al aumento de las fósiles, para propiciar que aumentemos el consumo energético. Y este hecho es aún más notable a nivel mundial, que es el nivel donde se han de evaluar estos aspectos, dado que la biosfera a la que estamos agrediendo en todos los sentidos es solo una y engloba a todo el planeta Tierra.
Se puede afirmar, por lo tanto, que la pretendida “transición energética” no está dando resultados que supongan cambios cualitativos en nuestros modelos de producción y consumo. Y lo que es más grave aún, es posible que el esfuerzo emprendido para generar las infraestructuras necesarias para captar energía renovable esté contribuyendo a ese incremento de la insostenibilidad. No en vano, es conocido cómo la minería de materias primas tiene que aumentar de manera muy importante para conseguir el litio, el cobre, las tierras raras y tantos otros materiales sobre los que se fundamenta dicha transición.
Ante estos hechos, que no están reflejados en la nueva versión que ha realizado el Gobierno del Plan Energético de Navarra, nos preguntamos si merece la pena participar en su discusión. Porque los textos presentados no traen ninguna mención a estos problemas. Y ello a pesar de que sus causas, el aumento de los consumos en general, sí se encuentran reflejadas en los textos del Plan.
Porque es evidente que sin una disminución de los consumos de energía y materiales, que se debe de producir en las sociedades de este primer mundo global en el que nos encontramos en Navarra, es imposible hacer frente a los problemas a los que nos enfrentamos. Parece evidente que es necesario un Decrecimiento ordenado y planificado, y ese concepto ni siquiera asoma en el Plan Energético que nos presentan desde el Departamento de Industria y Transición Ecológica.
Por eso, creemos que la verdadera discusión del Plan Energético de Navarra se va a producir en el seno de las 3º jornadas de NEE/TEN “Crecer decreciendo, lo que nadie cuenta”. Es ahí donde diversos autores, provenientes la mayoría de ellos del mundo académico y del compromiso social, van a analizar la realidad actual de la situación energética, con propuestas para una verdadera transición, también en Navarra.
Entre el 21 y el 24 de octubre en Pamplona/Iruñea, en el Civivox Condestable contaremos con Ivanka Puigdueta, doctora en ciencias agroalimentarias, Julen Rekondo, premio nacional de Medio Ambiente, Luis González Reyes, doctor en ciencias químicas y June San Millán, licenciada en derecho. Ponentes que, desde diversos aspectos metodológicos, analizarán esa necesidad de descenso en los consumos. Y desde la fundación Sustrai Erakuntza trataremos de profundizar en las propuestas que hicimos en el documento de debate “¿Qué hacer ante el Decrecimiento? Cuaderno de propuestas a debate para la sociedad navarra de las próximas décadas”, a través de un taller participativo en el Centro Social Plazara!.
Es ahí donde realmente podremos participar en la definición del futuro de Navarra y plantear vías y experiencias alternativas en la gestión que haremos de la energía. El Plan Energético del Gobierno, como hemos visto, no afronta los retos a los que nos enfrentamos. Te esperamos en las jornadas de NEE/TEN sobre el Decrecimiento!!
Artículo de opinión firmado por Jule Goñi y Martin Zelaia, miembros de la fundación Sustrai Erakuntza.