A estas alturas la gran mayoría de los ciudadanos de Sakana ya conocerá que el Gobierno de Navarra ha aprobado la autorización a Cementos Portland para que pueda incinerar residuos en su planta de Olazti. Y que esto lo ha realizado sin contar con la necesaria aprobación del ayuntamiento, utilizando para ello la figura de la incidencia supramunicipal.
Uno de los argumentos que ha utilizado el Gobierno en esta autorización es su supuesta compatibilidad con el Plan Integrado de Gestión de Residuos de Navarra (PIGRN). Un plan, no lo olvidemos, que fue recurrido por Sustrai Erakuntza y la Mancomunidad de Sakana, dado que su objetivo es la incineración de la mitad de los residuos de Navarra, saltándose para ello la legislación emanada de Europa.
Se da la paradoja de que el propio Gobierno se salta toda su planificación, para ubicar la nueva «Incineradora de Navarra» en una localización no permitida por su propio plan. Esta incineradora se encontraría a escasos metros de viviendas habitadas y colegios (en Olazti y Altsasu), muy cercana a parques naturales, espacios agrícolas y ganaderos, y a los acuíferos que nos dan de beber a grandes masas de población, aunque sus repercusiones sociales y ambientales pueden extenderse miles de kilómetros.
Pero a pesar de todo, el Gobierno no se ha detenido a analizar las implicaciones de este cambio de planificación. Y mucho menos a pedir la opinión de la ciudadanía sobre este nuevo modelo de gestión de las basuras. De este modo, nos encontramos ante un ejemplo más de la falta de previsión y el desprecio a la normativa de la que hacen gala nuestros gobernantes. Está claro que los intereses particulares se siguen anteponiendo a los generales. Un frente más en el que Sustrai Erakuntza continuará trabajando junto al resto de movimientos sociales.
Publicado en la revista Guaixe de Sakana (en euskera).