Llevamos unas semanas con la «serpiente del verano» sobre el TAV en su posible unión a la llamada “Y Vasca” desde Pamplona por Ezkio o por Vitoria.
Resulta frustrante comprobar que nuestro Pueblo, tanto por los galgos como los podencos que siguen defendiendo ese proyecto, seguimos dependiendo de decisiones interesadas, no argumentadas, despilfarradores de recursos públicos, ecocidas y que destruyen los territorios. Y, para más inri, después de más de tres décadas de la imposición de la Alta velocidad ferroviaria en otros territorios del Reino de España, han llevado a que los servicios ferroviarios de carácter público y social estén en situación penosa en todas las comunidades autonómicas.
Navarra, sus habitantes y empresas, no necesitan el TAV para tener una calidad óptima para el transporte público de personas y mercancías por el ferrocarril. Lo demostramos desde la Fundación Sustrai Erakuntza hace ya unos cuantos años con la edición y publicación de sendos informes al respecto.
Que siga habiendo partidos gobernando y/o apoyando presupuestos que incluyen partidas para el TAV y que no se opongan frontalmente a su construcción desde las instituciones autonómicas y estatales, dejan a las claras que está solamente en manos del movimiento popular y de los ayuntamientos que se oponen a la construcción del TAV, la sincera y efectiva lucha por parar las obras y revertir las ya realizadas.
Estamos asistiendo al paripé ya asumido por todos los partidos con representación en Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca, de que no va a construirse la unión de Pamplona con Ezkio atravesando Aralar. El ministerio responsable lo tiene claro desde el último gobierno de Mariano Rajoy, los «galgos» han perdido. Ahora hace falta que los «podencos» asuman también que no hay que construir el TAV entre Pamplona y Vitoria.
El modelo ferroviario que representan ambos posibles trayectos es el mismo. La cuestión es asumir el despilfarro económico, la corrupción, el destrozo del territorio y la biodiversidad que origina el TAV y reconocer no sólo que se han equivocado apostando por ello los partidos, sindicatos, medios de propaganda, etc…, que han ayudado con ello al beneficio privado de empresas constructoras, ingenierías, banca y políticos corruptos.
No hace falta nuevas estaciones en Tudela y Pamplona. Hay que revertir lo construido hasta ahora a su situación anterior a las obras iniciadas del TAV en Navarra.
La alternativa es el Tren Público y Social que defendemos desde Sustrai y por el que también apuestan otros colectivos. Aprovechando los trazados existentes, reabriendo estaciones y apeaderos, poniendo en funcionamiento trenes adecuados e invirtiendo en recuperar medios, material y personal desde la propiedad y gestión públicas.
Artículo de opinión firmado por Pablo Lorente Zapatería y Jule Goñi Montero, miembros de la fundación Sustrai Erakuntza.