El pasado 27 de Diciembre el Gobierno de Navarra, sin pasarlo por el Parlamento como se prometió, aprobó definitivamente el Plan Integral de Gestión de Residuos de Navarra (PIGRN) 2010-2020. El gobierno asegura que Navarra apuesta por la reducción, la reutilización y el reciclaje de los residuos, afirma, además, que el Plan se ha enriquecido con las aportaciones del proceso de información y participación pública; que se refuerza la prevención y la recogida selectiva de la materia orgánica; y que Navarra se sitúa en la línea de las experiencias más avanzadas de Europa.
La Compañía de las 3Rs estamos decepcionados, a pesar de no estar de acuerdo con las formas del proceso de información y participación pública, hemos participado de forma activa proponiendo diferentes alternativas y aportaciones, pero el resultado ha sido inútil en lo fundamental.
1.- El plan no ha recogido las principales propuestas del proceso de participación, y las pocas propuestas recogidas se hacen sin concreción, sin asignación presupuestaria y remitiendo su articulación a las mancomunidades. El PIGRN resultante no es un plan de actuaciones sino un plan de estudios.
Por el contrario en lo que sí hay concreción y partida presupuestaria (200 millones de euros) en la incineradora, una gran incineradora central, lo que va a significar pasear los residuos por toda Navarra para llevarlos a la incineradora con el consiguiente despilfarro de gasoil y emisión de Gases de Efecto Invernadero que agravará el Cambio Climático, y, sobre todo, hipotecar la política de residuos para muchos años, pudieras ser hasta 50 años, porque la necesidad de alimentar a la incineradora con residuos para hacerla rentable impedirá aplicar políticas de reducción, reutilización y reciclaje.
La participación debería haberse hecho antes de la elaboración del Plan, tal como dice la ley, cuando todas las opciones son posibles y antes de la toma de decisiones. Pero el Plan se ha sometido a discusión cuando estaba ya elaborado y ha resultado inútil para mejorar su contenido: primar la reducción, reutilización y reciclaje frente a la incineración.
2.- El Plan se reafirma en la incineración para tratar la mayor cantidad de residuos y se posiciona en contra de las orientaciones de la Directiva Europea y lejos de las experiencias más avanzadas de Europa, las cuales hacen una apuesta firme y concreta por la prevención, recogida selectiva integral y compostaje de la materia orgánica. Por el contrario, el PIGRN se reafirma en el tratamiento de incineración de los residuos, tal como figuraba en el proyecto y tal como afirmaron las Consejeras en el Parlamento antes de someterlo al proceso de participación pública. El Plan opta por la incineración del 48% de los residuos urbanos a los que se suma un 30 % de residuos industriales que pueden deducirse, por los mismos datos 2008 del plan, en más de 133.000 Tn/año, que sumadas a las 128.000 Tn/año de los residuos urbanos hace un total de 261.092 Tn/año que tendrán como destino la incineración. Lo cual en absoluto reduce las dimensiones de la incineradora. Como ya se ha dicho esta apuesta por la construcción de una incineradora es una servidumbre que va a impedir un desarrollo futuro de las 3R: Reducción, Reutilización y Reciclaje de los residuos, nos aleja de las experiencias punteras de Europa y se orienta en la dirección opuesta a la Directiva Europea de Residuos.
Pero hay otras razones que se suman a lo anterior para rechazar la opción por una incineradora central:
Es la alternativa más cara y que más va a encarecer las tasas que pagan los ciudadanos y empresas navarras. Mucho nos tememos que esta alternativa está siendo impulsada en Navarra por empresas multinacionales que buscan “vender” una inversión costosísima y asegurarse la gestión de los residuos por muchos años con sus consiguientes beneficios sin que para ello importe el momento de crisis que vivimos y lo que los ciudadanos deberán pagar.
Tiene efectos muy negativos en la salud y en el ambiente. Por más afirmaciones que se hagan respecto a la inocuidad del impacto en la salud y en el medio, la ausencia de mediciones constantes y acumulación de tóxicos de las experiencias en funcionamiento indican un desconocimiento e incertidumbre de las consecuencias, lo cual se contradice con el principio de prevención y seguridad para la salud humana y el medio natural en el entorno de su ubicación.
Una planteamiento inviable, porque se establece un plazo de un año para que las Mancomunidades definan sus propios proyectos de recogida selectiva y tratamiento respetando el principio de reciclar el 60 %. Pero de ese año se va a llevar la mayor parte del tiempo entre la campaña electoral, las elecciones y la configuración de los diferentes órganos de gestión. ¿Se ha pensado intencionadamente para que no se puedan concretar otras alternativas o solo pura coincidencia?
Sólo nos queda la esperanza de que el gobierno que se constituya tras las elecciones reconsidere el PIGRN, abra un verdadero proceso de participación entre las mancomunidades, los ciudadanos, los grupos sociales interesados y otras instituciones que abra paso a una orientación favorable a las 3Rs y elimine la alternativa de la incineración.
Alex Arizkun, Andoni Romeo y Ana Malón. (Compañía de las 3Rs)
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