Sustrai Erakuntza valora con un suspenso el Plan Energético de Navarra 2030

    eu 25 Ene 2018 - Energía, Notas de prensa

    Una imagen que hemos utilizado para explicar las implicaciones del plan energético...

    Nos encontramos en un momento de la historia de evidentes cambios, que se reflejan por ejemplo en la actual crisis económica. Hace ahora 2 años, en París, los Estados del mundo reconocieron lo que desde ya hace muchos años es evidente, el consumo de combustibles fósiles está cambiando el clima del planeta. Ello se debe a que la biosfera ya no puede absorber más uno de nuestros desechos más extendidos, el CO2, junto con otros.

    Por otra parte, la extracción de esos combustibles fósiles se están encontrando con dificultades cada vez más importantes: cada vez es necesario buscarlos a más profundidad o expropiarlos en lugares más alejados.

    Ambos problemas sumados nos llevan a un mundo en crisis, siendo la crisis económica un síntoma de esa crisis ambiental y de recursos. Sin embargo, el Plan Energético de Navarra 2030 que acaba de aprobar el Gobierno de Navarra no analiza esos y otros aspectos clave del problema energético.

    El anterior Plan Energético, del año 2012, era claro al afirmar en su diagnóstico, que Navarra era una comunidad autónoma excedentaria en la generación de energía eléctrica. En 2 décadas habíamos pasado de ser una comunidad “totalmente dependiente del exterior” a exportar en 2009 “un 39,12% de la electricidad generada”. Es decir expresaba con claridad que Navarra tenía capacidad de producir mucha más electricidad de la que realmente se estaba consumiendo en aquel entonces. En la actualidad Navarra consume menos electricidad que en el 2009 y por lo tanto es evidente que las instalaciones “generales” de producción y distribución de electricidad no presentan ningún déficit en comparación a la demanda. Otra cosa es que pueda existir una determinada necesidad puntual de repotenciación de líneas en una determinada zona concreta.

    De este modo las instalaciones eléctricas actuales están preparadas y disponibles, pero “en stand by”. El Plan Energético aprobado estima que, si se sale de la “crisis” (y parece confiar en ello), el consumo eléctrico subirá, pese a las supuestas medidas de eficiencia energética y ahorro que incorpora. Pero, poniendo este aumento en perspectiva, tendríamos una pequeña necesidad de generar mas electricidad, muy fácil de suministrar teniendo las infraestructuras que permitieron la producción de 2009.

    Las ilegales centrales térmicas de Castejón produjeron en el año 2014 apenas el 8% de toda la electricidad que se generó en Navarra. Esto representa una producción insignificante. A vista pasada ¿su instalación en Castejón respondió a una necesidad de la sociedad Navarra o a un negocio privado y particular? Negocio que sigue funcionando para las eléctricas a pesar de esa inactividad, dado que cobran por el mero hecho de mantener las centrales listas para operar. Al margen de este dato, que refleja una nefasta planificación de los anteriores Planes energéticos, lo que es claramente denunciable en este Plan es la no existencia de un análisis reflexivo sobre la conveniencia o no de la planificación de dicha central. Y por supuesto, es tremendamente irresponsable no plantear un ordenamiento de la situación ilegal en la que actualmente se encuentra la Central Térmica de Ciclo Combinado de Castejón (GRUPO 2) de 400 MW. Es decir es claramente denunciable que este Plan Energético 2030 no proponga el cierre de al menos esta instalación ilegal e innecesaria, siendo el Gobierno de Navarra cómplice necesario para se haya producido esta ilegalidad, que entre otras cuestiones, dispara los niveles de ozono troposférico.

    ¿Cuál es el planteamiento del actual Plan ante esta disminución del consumo eléctrico? Aumentar todavía más la capacidad de producir electricidad. En concreto, básicamente se plantea permitir duplicar la potencia eólica actualmente instalada. Decimos “permitir” porque no deja de ser una inversión y un negocio privados.

    Con la actual capacidad de producción de electricidad eólica estamos ante la histórica circunstancia de que en determinadas horas y días el 100% de la electricidad consumida en Navarra ya está siendo suministrada por las renovables. E incluso en unos 100 días al año ya hay exceso de energía renovable producida que tiene que ser transportada fuera de Navarra. Es esta producción renovable muy importante de cara a hacer frente a la crisis climática y de recursos ya indicada… pero que también nos indican que difícilmente se podrán alcanzar cotas mayores, si se siguen empleando los mismas técnicas de producción (más energía eólica).

    Porque sucede que si se duplica la potencia eléctrica eólica actual, lo que realmente sucederá es que los días de viento aprovechable se producirá un gran excedente de electricidad, cuyos propietarios/as privados venderán en el exterior. De este modo, el problema no es que no haya suficiente potencia eléctrica renovable, el problema es que las renovables instaladas en Navarra ya producen 100 días al año más electricidad de la realmente utilizada en Navarra. En estas condiciones, ¿qué se hace con la energía producida si los aerogeneradores funcionan por la noche, cuando la demanda es escasa?

    Lo que ahora corresponde, y el Plan Energético debería analizar, no es como aumentar la capacidad de producir más electricidad con las mismas fuentes renovables. Lo que necesitamos ahora es implementar sistemas para aprovechar más la energía renovable disponible y que ahora no se puede usar en determinadas horas: sistemas activos a la producción, acumulación, soluciones hidráulicas, caloríficas, de aire comprimido, vectoriales o del tipo que sean. Hay que implementar más I+D+I para aprovechar esa energía, en lugar de producir más. Todo lo demás no responde al interés general de la sociedad navarra sino responde al interés privado y particular de poner en marcha el segundo boom del negocio eólico.

    El previsto aumento de los parques eólicos de gran tamaño no consigue la reducción de las fuentes de producción no renovable. No hay más que ver que el nuevo Plan Energético trae más subestaciones eléctricas (entre otras las de Dicastillo y Ezkabarte), y nuevas líneas de alta tensión (400.000v) hacia Gipuzkoa (Itxaso) y Francia (Cantegrit). El Plan nos trae más grandes centrales de producción eléctrica a través del viento y a través del gas natural, más producción eléctrica excedentaria y más líneas de alta tensión para vender esa electricidad. Más especulación, en forma de centrales térmicas o en forma de grandes industrias eólicas.

    Así, vemos que en Navarra hay que aplicar decididamente una moratoria en la instalación de más centrales de energía eléctrica y planificar una reducción de la generación y el consumo energético. Pero esto no se realiza. El plan no analiza un plan de movilidad para Navarra y por lo tanto no incluye medidas para evitar la sobre-movilidad existente en la sociedad actual. El apartado que trata este tema tan solo refleja la promoción del vehículo eléctrico (ayudas económicas para su compra, descuentos en peajes, en la ITV, etc). Y por supuesto no entra a analizar o debatir el modelo de ferrocarril. Se sigue adelante con la promoción del viejo proyecto de Tren de Altas Prestaciones (TAV), la construcción de su estación en Etxabakoitz y la eliminación de la de Tafalla. ¿Acaso no sería fundamental una planificación del transporte y en concreto del ferrocarril para Navarra? ¿Acaso esto no es imprescindible si se quiere hablar de energía?

    Tampoco se habla de otros sectores que los que se debería analizar su contribución al consumo energético, de forma que fueran racionalizados. En el Sector Primario, por ejemplo, debiera ser fundamental apoyar las Comunidades de Regantes con planes de ahorro de agua y de rehabilitación de los sistemas de regadío con gran consumo energético. Y también apostar por que Navarra pueda producir los productos de alimentación que consumimos, apoyando a la agricultura de cercanía de manera que se evite el gran transporte y se ahorre energía.

    Y en las ocasiones que el Plan aborda esos aspectos, no entra en lo fundamental. Así, tenemos múltiples ideas para aumentar el aprovechamiento energético de la biomasa forestal, pero olvida un punto clave: ¿cuál es el potencial de biomasa forestal en Navarra respetando y mejorando la biodiversidad? El plan no lo analiza, no lo concreta ni lo define, ni prevé medidas para analizar valle a valle y pueblo a pueblo la cantidad de madera, de qué especies y por dónde podría ser extraída. Potenciar el uso de la biomasa forestal sin concretar estos aspectos puede terminar en que acabe no siendo renovable.

    Vemos así que nos encontramos ante una verdadera lucha entre dos concepciones en la generación de la energía: el modelo centralizado actualmente vigente, y un posible modelo descentralizado mucho más democrático, ecuánime, redundante, seguro, eficiente y amigable medio-ambientalmente. La postura del Plan Energético aprobado es clara: en vez de velar por el ahorro, la eficiencia energética y las renovables públicas y descentralizadas, a la vez de impulsar la economía cercana y local de los/as consumidores/as, prefiere ponerse en una situación más cómoda de apoyo a “todo”. Pero si hablamos de cifras, se apoya en especial al oligopolio del sector eléctrico organizado desde la mirada exclusiva de unos pocos hombres de negocios. ¿Acaso se concretan las medidas imprescindibles para eliminar el problema de la pobreza energética analizado además con perspectiva de género?.

    Por todo ello creemos que en Navarra no es necesario realizar más infraestructuras centralizadas de producción y transporte de energía. El Plan Energético debería poner las bases para poder planificar un decrecimiento energético que tienda hacia la soberanía energética. Es el momento de crear nuevas alternativas al modelo derrochador que nos ha hundido en esta profunda crisis de valores humanos.

    Para ello debemos frenar el fomento de las industrias generadoras de energía con sistemas que atentan al medio ambiente, sean por el uso de combustibles fósiles, o por la implantación de grandes instalaciones de energías renovables en zonas medio-ambientalmente delicadas.

    Estamos obligados/as a desarrollar y utilizar la planificación democrática en el desarrollo de energías limpias, descentralizadas, renovables, públicas o sociales y de bajo impacto. ¿Es la energía un bien común que necesita infraestructuras de interés público o una mercancía que circula por los territorios? ¿Es este “El Plan Energético de Navarra” o es “Un Plan Energético en Navarra”? ¿Este es el “El Plan Energético del cambio” en Navarra o es un Plan de negocio energético continuista de los anteriores planes?

    Fundación SUSTRAI Erakuntza
    www.fundacionsustrai.org y www.sustraierakuntza.org
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