Hace un año nos hacíamos eco de una nueva amenaza para la Reserva Natural Laguna del Juncal de Tafalla. En la actualidad ya existen en sus inmediaciones innumerables infraestructuras lineales que suponen una afección medioambiental por el efecto barrera que producen: líneas eléctricas de alta tensión, carreteras y las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) que se están realizando de tal modo que se introducen en la zona protegida por su lado este, y acabarán suponiendo una barrera para el paso, dado que esta infraestructura va vallada en toda su longitud.
Pues bien, hace un año conocíamos cómo un proyecto de polígono solar fotovoltaico se quería instalar en su lado oeste, situado justo en el borde de la zona protegida, y ocupando más de 40 hectáreas. Si este proyecto se llevara a cabo, la laguna quedaría encorsetada entre dos vallas, las del TAV por su lado este y las del proyecto fotovoltaico por el oeste.
Este nuevo proyecto tendría además otros muchos impactos ambientales. El proyecto pretendía instalarse entre la ya citada Laguna del Juncal, y otro espacio acuático situado más al oeste, la Laguna de Romerales. Ambos espacios naturales son muy utilizados por especies de aves acuáticas y rapaces como garzas, aguiluchos, zampullines, fochas, ánades, gallinetas y tantas otras. Y lo que es más importante, estas especies se desplazan entre uno y otro hábitat de manera habitual, de forma que el polígono solar supondría un nuevo obstáculo para su vida.
La zona, además, se encuentra catalogada y protegida por otra figura de protección, el Paisaje de Atención Especial La Sarda. Se trata de una zona que se ha definido así por tener una gran heterogeneidad y singularidad desde el punto de vista paisajístico. La zona así protegida incluye ambas lagunas, y por lo tanto el polígono solar fotovoltaico ocuparía una zona preponderante del mismo, situada entre ambas.
Como vemos, se trata de una zona de gran importancia por su biodiversidad, aspecto del medio ambiente que cada vez se encuentra en mayor peligro, entre otras razones, por los proyectos desarrollistas que se están llevando a cabo en Navarra. Por este motivo, desde la fundación Sustrai Erakuntza hemos impulsado la presentación de alegaciones en las dos ocasiones en las que el proyecto se ha puesto a exposición pública.
Pues bien, recientemente hemos podido conocer cómo el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha decidido que el polígono solar fotovoltaico tendría unos impactos ambientales inasumibles, y por lo tanto ha determinado que la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto (DIA) sea negativa.
Entre los argumentos que esgrime Medio Ambiente para denegar este proyecto, podemos citar:
- El polígono fotovoltaico ocuparía campos de labor situados a menos de 500 metros de la Laguna del Juncal que sirven de espacio de campeo para las aves de la laguna.
- El vallado cinegético que rodea el proyecto podría ocasionar la muerte de aves por colisión contra él.
- Las aves pueden morir también por colisión contra los módulos fotovoltaicos.
- El paisaje en el que se situaría el proyecto es de gran belleza, mantiene su autenticidad y coherencia, basado en su simplicidad, armonía y su carácter recogido.
El anuncio de la DIA también recoge las respuestas que da Medio Ambiente a las alegaciones que se han presentado al proyecto, tanto las de Sustrai Erakuntza, como las presentadas por otros grupos y personas. Así, es de destacar además la presentación de más de 2300 alegaciones particulares, que fue coordinada por varias asociaciones de Tafalla, y contaron con la colaboración de Sustrai para ello.
De este modo, una vez más se demuestra cómo la actuación combinada de análisis técnico de los proyectos impactantes en el medio ambiente, junto con la movilización popular, suponen una salvaguarda para nuestro territorio y sus valores naturales.
Por todo ello, desde la fundación Sustrai Erakuntza queremos felicitar a las personas y organizaciones que luchan en Tafalla por la defensa de su territorio. Un territorio ya demasiado castigado por el TAV, las líneas eléctricas (que amenazan además con nuevos proyectos, como el de Forestalia), el Canal de Navarra, y más recientemente por todos los proyectos de grandes polígonos renovables eólicos y fotovoltaicos que rodean la ciudad.
Vemos cómo la falta de planificación democrática de todas estas infraestructuras está acabando con la poca biodiversidad que nos queda en Navarra. Es necesario, por lo tanto, que la ciudadanía navarra se preocupe y movilice por el futuro del medio ambiente en el que vivimos. Porque nuestra propia supervivencia como personas y como civilización está en juego, y el riesgo de que perdamos son ya muy altos.