Se encuentra actualmente en exposición pública una nueva ampliación de la macrogranja que la empresa Valle de Odieta tiene en Caparroso. Se trata de una instalación industrial de vacuno de leche con autorización para tener hasta 7.200 vacas adultas (y además otras cantidades de terneras de diverso tipo), y que actualmente ya parece que tiene incluso más. Pero su codicia parece no tener límites y quieren todavía tener más cantidad de ganado.
Ante los numerosos problemas que provoca la ganadería industrial, la Plataforma Navarra contra las Macrogranjas, formada por más de 14 organizaciones y asociaciones, invita a la sociedad civil a que presente alegaciones contra la solicitud de ampliación de la macrogranja de Valle de Odieta. El período para presentar alegaciones finaliza el lunes 27 de febrero y queremos que el rechazo a este destructivo modelo sea ampliamente visible. Para ello, las personas interesadas en presentar alegaciones no tienen más que entrar en este artículo de la web de la fundación Sustrai Erakuntza y seguir las instrucciones que en ella se plantean.
En la pasada semana, la consejera Itziar Gómez realizaba unas declaraciones en el Parlamento de Navarra, indicando que el departamento de Medio Ambiente no estaba de acuerdo con la citada ampliación y aseguraba que no la permitiría. Consideramos que las declaraciones fueron ambiguas y que es necesaria una mayor contundencia. Pero además, desde la sociedad civil, y vista la experiencia de los últimos años, no debemos confiarnos.
Históricamente hemos sufrido la poca efectividad del control por parte de la Administración, de la actividad de las macrogranjas en general y de la de Caparroso en particular, dando lugar a continuos problemas de contaminación de suelos agrícolas y aguas superficiales y subterráneas, especialmente por nitratos. El episodio más notable de este continuo efecto de la ganadería industrial es la contaminación que sufrió la Zona de Especial Conservación (ZEC) Tramos Bajos del Aragón y del Arga por la aplicación de gran cantidad de purín de esta última en campos colindantes. Una contaminación que ha llegado a los tribunales gracias a la denuncia efectuada por organizaciones ecologistas, y en la que se ha implicado también el Gobierno de Navarra.
La ampliación de la cabaña ganadera en régimen intensivo en Navarra atenta, entre otras, a la Ley de Cambio Climático ya que contribuye al aumento de la contaminación del suelo, aire y agua. Además, afecta a los pequeños ganaderos y explotaciones familiares que son los que fijan población y están muy vinculadas al territorio, lo que supone un grave riesgo de desaparición con pérdida de patrimonio rural. El modelo de producción industrial intensivo también atenta a la soberanía alimentaria.
Hay que recordar que otros países europeos con el mismo problema ya están dando un giro de 180 grados, reduciendo la cabaña ganadera, como es el caso de Holanda y Alemania, incluso con el pago de indemnizaciones.
Sorprende que, al parecer, la negativa del Gobierno de Navarra a la petición de ampliación solicitada en Caparroso, se base en la existencia de una moratoria en Navarra para nuevas licencias de vacuno. Lo decimos porque la legislación estatal, de rango superior, claramente impide la ampliación de explotaciones con más de 850 vacas lecheras. Ello a pesar de que esa cifra siga siendo muy elevada, cuando en Europa se plantean cifras inferiores en torno a 150 vacas, o la cifra de referencia de la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) que plantea máximos de 180 vacas…
Es necesario que toda la sociedad actúe y exprese su negativa al modelo de agricultura y ganadería industrial que nos está llevando a la destrucción del medio natural. Es necesario movilizarse y exigir a los diferentes gobiernos que actúen a la altura de las circunstancias de la emergencia climática. No se pueden seguir permitiendo actividades que contaminan nuestros acuíferos, nuestros ríos, nuestras tierras.
Para que obliguen a todas estas empresas a que cumplan la ley. Por eso pedimos este pequeño esfuerzo de presentar alegaciones, para que el Gobierno de Navarra lo conozca de primera mano. Y finalmente, pedimos también la solidaridad de la sociedad para con los ayuntamientos y pequeños productores afectados por estas explotaciones industriales ganaderas.
Asimismo, desde la Plataforma Navarra contra las Macrogranjas, reforzamos nuestra petición de que se ponga en marcha una moratoria estricta y sin excepciones a la ganadería industrial y que se presente un plan para la reducción progresiva de la cabaña ganadera en intensivo. Ante las elecciones que se avecinan, pedimos a los partidos políticos que incorporen esta demanda en sus programas electorales.
Plataforma Navarra contra las Macrogranjas