El vicepresidente Javier Remirez es el máximo responsable de Protección Civil del Gobierno de Navarra, además de ser su portavoz. Entre su cometido está, además de informar a la ciudadanía y a los agentes sociales, el de velar por la seguridad física de la población de Navarra. Pero desde que comenzó su cargo no ha hecho otra cosa que mentir y manipular los datos en relación a riesgos y conflictos importantes que amenazan la seguridad de un buen número de personas en nuestra comunidad. Nos referimos al pantano de Yesa y la crisis sísmica de 2020.
La ausencia de seguridad en Yesa está constatada desde al menos hace 7 años. Diferentes informes realizados por agentes como la CHE, Ayuntamiento de Sangüesa, Fundación Nueva Cultura del Agua, o el propio Gobierno de Navarra, constatan que la ladera derecha se encuentra en “equilibrio estricto”. Esto implica que las fuerzas que propician el derrumbe de la ladera son iguales a las que la sujetan (Factor de Seguridad = 1), algo que ocurre desde 2013, año en que se fracturó la ladera y fue necesario desalojar dos urbanizaciones. Desde entonces, se vive una situación de movimiento variable y nuevas zonas de rotura, con una falta de margen para la seguridad. Esto es incompatible con cualquier normativa que quiera preservar la seguridad del medio natural y humano.
Pero ya antes, en agosto de 2007, en la ladera izquierda de Yesa se movieron 3,5 millones de metros cúbicos, que se intentaron ocultar incluso con excavadoras. En 2013 los inclinómetros de la ladera derecha venían acumulando movimientos de varios centímetros a la semana. A pesar de ello, los vecinos no fueron advertidos, nadie respondió a sus preguntas. Muchos de ellos incluso se gastaron cantidades importantes de dinero en arreglar sus viviendas, cuando el ministerio ya sabía que nunca iban a volver a habitarlas, porque era la ladera la que se deslizaba de manera imparable a más de 100 m de profundidad. Durante ese tiempo tampoco se advirtió del peligro que corrían aguas abajo las 5000 personas que vivían en Sangüesa.
A pesar de tamaña evidencia, Javier Remirez en diciembre de 2019 aparecía públicamente con un tono negacionista de la gravedad de la situación, rechazando incluso el propio informe del Gobierno de Navarra: “la situación es estable en la ladera derecha de Yesa”, “muestra su satisfacción por la labor de comunicación y transparencia”, “tanto a nivel de sismicidad como de movimientos de laderas estamos ante un escenario estable”. Pero el esperpento del consejero no acaba ahí. El pasado 9 de octubre, tras las declaraciones de la ministra Teresa Ribera de paralizar Yesa si no se garantizaba la seguridad, no tiene reparo en desdecirse afirmando que: esto es “lo que ha dicho siempre el Gobierno de Navarra, que priorizamos sobre todo y ante todo la seguridad“.
Pero no acaba ahí la incompetencia del consejero de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior. En los dos últimos meses hemos padecido una crisis sísmica sin parangón: 62 terremotos sentidos de 638 sucedidos, más del 10% de toda la historia sísmica relevante conocida desde 1612. Teniendo en cuenta el nivel extraordinario de su incidencia, que ha sucedido en tan sólo el 0,03% del tiempo histórico estudiado (algo más de cuatro siglos), es completamente necesario que nuestras instituciones revisen y actualicen el Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en Navarra (SISNA).
¿Cuál ha sido la reacción del Gobierno? Javier Remirez es el responsable principal y director del SISNA. Este Plan, que se aprobó por Acuerdo del Gobierno de Navarra de 28 de marzo de 2011, recoge en su apartado 12.4.2 “Revisión y actualización” lo siguiente:
“Con la misma periodicidad que los simulacros [en el apartado anterior se establece una periodicidad de cuatro años], y de acuerdo, tanto con la evaluación efectuada de los mismos, como de las nuevas tendencias en la gestión de las emergencias, se efectuarán las revisiones de los procedimientos de notificación y activación, actuación de las figuras operativas y de los Grupos de Acción y, en general, de la operatividad del Plan.
Asimismo, y con la misma periodicidad, se actualizará el catálogo de medios y recursos, para lo cual se notificarán a la Dirección de Protección Civil las posibles notificaciones. Por otra parte, esta Dirección, al menos anualmente, comprobará que dicho catálogo se encuentra debidamente actualizado y que funciona correctamente el sistema establecido para la notificación de las modificaciones… Con todo ello se realizará una revisión ordinaria completa del Plan cada cinco años como mínimo”.
Pues bien, este Plan ante el riesgo sísmico no se ha actualizado desde 2011, a pesar de que hayamos vivido la mayor concentración histórica de terremotos y enjambres sísmicos vividos en tan poco tiempo en Navarra (enjambres de 2013, 2017 y 2020). Javier Remirez, responsable de Protección Civil, declaró el día 6 de octubre, que “el plan ante el riesgo de terremotos de Navarra es totalmente actual“. Ni reconoce que desde 2011 nada se ha hecho por actualizarlo, ni menciona su necesaria revisión y actualización.
El negacionismo de lo evidente, la incompetencia y la irresponsabilidad del Consejero de Presidencia Javier Remirez compromete la seguridad de la población Navarra. Lo que menos necesitamos en estos momentos es un vicepresidente del Gobierno, consejero de Interior con las atribuciones en Protección Civil, responsable del SISNA y de la seguridad de la población, además de portavoz del Gobierno que utilice falacias, mentiras y manipulaciones en pro de tapar su ineficiencia, favorecer los intereses de grandes corporaciones empresariales involucradas en el recrecimiento de Yesa, en detrimento de la vida y tranquilidad de las personas y ejercer el papel contrario de transparencia y pedagogía social del que además, presume.
Nota de prensa basada en las investigaciones del geólogo Antonio Aretxabala. Mas información en esta nota de su blog.