(Este artículo es el contenido completo del 4º capítulo del informe “Las políticas del agua en Navarra, conflictos reseñables y propuestas para la gestión del agua“…) La presa de Yesa se empezó a construir antes de la Guerra Civil, pero el proyecto tuvo que abandonarse durante la contienda. Posteriormente se retomó y la culminó el ingeniero René Petit, llenándose el pantano en 1960.
Este hecho provocó el abandono de varios pueblos de la zona conocida como Canal de Berdún (Zaragoza): Ruesta, Tiermas y Escó, así como la expropiación de terrenos en otros pueblos cercanos, y también de todo el valle de Garcipollera, cerca de Jaca, para evitar que la erosión del mismo colmatara el pantano.
El pantano tiene actualmente una capacidad de 450 Hm3, y riega 80.000 Ha de terrenos de la comarca Zaragozana de las Cinco Villas y en las Bardenas Reales de Navarra, a través del Canal de las Bardenas. Sus aguas también tienen aprovechamiento de abastecimiento y generación eléctrica.
El Recrecimiento de Yesa es un proyecto actualmente en construcción, que tiene por finalidad el aumento de la capacidad de embalsar aguas hasta los 1.080 Hm3, un aumento de mas de 2 veces la capacidad actual (el proyecto original era aun mas grande, llegando a los 1.500 Hm3). Si el proyecto se culminara, la superficie embalsada llegaría a las 3.350 Ha (el pantano actual inunda 2.400 Ha) e inundaría las mejores tierras de los pueblos de Sigüés (donde han construido un muro para evitar la inundación del pueblo), Artieda y Mianos.
Su finalidad es, dicen, aumentar las tierras transformadas en regadío en 48.000 Ha nuevas en Bardenas y Cinco Villas, abastecer a Zaragoza y construir centrales hidroeléctricas. Sin embargo, estas previsiones se han ido modificando, y ahora parece que se habla de unas 10.000 Ha y ya no se considera el abastecimiento de agua de boca a Zaragoza.
Sin embargo, desde la oposición al recrecimiento siempre se ha argumentado que la finalidad real de aumentar la capacidad de Yesa es disponer de agua suficiente para el Trasvase del Ebro a otras cuencas. Esto sería así dado que el Canal de Bardenas, que deriva el agua para el regadío, ya se encuentra saturado con el actual flujo de agua y por lo tanto no admitiría mas. Y nunca se ha presentado un proyecto de modificar el Canal.
El recrecimiento también fue decretado como obra de “interés general” en 1992, en la misma fecha que lo fue el pantano de Itoiz. Sin embargo, sus obras no se iniciaron hasta 2001. Se trata de una nueva presa, construida junto a la actual y parcialmente apoyada en ella. Está formada por materiales sueltos (gravas) apilados, con una superficie de hormigón armado en el lado que contiene al agua. Durante su construcción se han producido numerosos modificados al proyecto, y se han sucedido los problemas: deslizamientos en ambas laderas, dos urbanizaciones desalojadas y expropiadas, situación de emergencia en poblaciones aguas abajo… Todo esto tiene como consecuencia que el coste de la obra haya ascendido de manera imparable.
Por todo ello, la oposición al pantano de Yesa primero y a su recrecimiento después, ha sido importante. La oposición la encabezan la Asociación Río Aragón y COAGRET en Zaragoza y la Asociación Yesa + No Lanak Gelditu en Navarra, junto con las principales asociaciones ecologistas del Estado Español. En su oposición han realizado múltiples actividades, desde actuaciones jurídicas, donde han pleiteado en múltiples instancias, sin haber conseguido ninguna victoria clara, hasta movilizaciones, manifestaciones y acciones de desobediencia civil pacífica.
Afecciones del recrecimiento de Yesa
La elevación de la cota de coronación del pantano de Yesa conllevaría graves afectaciones en los pueblos ya citados que perderían importantes tierras de labor, y en el caso de Sigüés también desaparecerían algunas viviendas. Además hay que tener en cuenta que la construcción del pantano de Yesa original ya ha modificado la estructura física del territorio, de la propiedad y de su gestión, simplificando sus usos hacia el monocultivo cerealista y provocando repoblaciones forestales.
En cuanto a las zonas protegidas, los criterios que se han seguido a la hora de delimitarlas no han tenido en cuenta la conservación de la diversidad. Los límites se han diseñado para facilitar la realización del recrecimiento del embalse. La Fundación Nueva Cultura del Agua considera que parajes como los sotos del río Aragón, el tramo final del Esca, la Foz de Sigüés y el espacio llano delimitado por los ríos Esca, al oeste, y Aragón, al sur, podrían incluirse dentro de la Red Natura 2000.
Se vería afectada la Foz de Sigües, un enclave de alta diversidad y singularidad por el especial microclima que posee, en el que se hallan numerosas especies protegidas, entre ellas el quebrantahuesos, el buitre leonado, la chova piquirroja y el alimoche. La parte baja de esta foz quedaría inundada en su mayor parte.
También quedarían afectadas zonas protegidas de las sierras de Leyre, Orba e Illón, donde predominan los carrascales y quejigales con sotobosque de boj. Se trata de hábitats importantes para un gran número de especies de aves como el milano negro, milano real, culebrera europea, aguililla calzada, chotacabras gris, totovía, curruca rabilarga y alcaudón dorsirrojo.
El recrecimiento afectaría directamente también a 6 especies de flora, dos de ellas localizadas dentro del Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón. Se trata de Orchis simia, Orphys riojana (especies amenazadas de Aragón), Orchis laxiflora, Orphys tenthredinifera var. ronda, Fragaria viridis y Carex elata.
Así mismo, parte del patrimonio cultural, histórico-artístico y arquitectónico de la zona, se vería gravemente afectado: anegamiento de mas de 20 kilómetros del Camino de Santiago (declarado Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), de una necrópolis de la Edad del Hierro en Ruesta, yacimientos arqueológicos de villas romanas en Artieda, ermitas e iglesias románicas en Ruesta y Sigüés, castillo de Ruesta, veneros de aguas termales en Tiermas, etc.
Estos aspectos habría que sumarlos a todos los impactos que ya sufrió la zona cuando se llenó la actual presa en 1960, de manera que los impactos se acumularían o multiplicarían (sinergia) o se solaparían con los anteriores. Así, el impacto social actual tendría un efecto multiplicativo con el producido en los años sesenta, lo que generaría un enorme espacio vacío entre Yesa y Berdún de más de 30 kilómetros. La desvertebración del territorio sería total. Hay que recordar que para la construcción del actual Yesa se despoblaron tres localidades, expulsando a 1.400 personas. Y eso sin entrar en los riesgos producidos por los deslizamientos de las laderas, en los que entraremos a continuación…
Todos estos impactos ambientales y sociales no han sido nunca correctamente evaluados, dado que los diversos proyectos han sufrido muchas modificaciones y nunca se ha seguido una tramitación normal del proyecto. De hecho ha habido múltiples estudios de impacto ambiental, pero ninguno se ha tramitado adecuadamente. Así, el Estudio de Impacto Ambiental se hizo en 1993, pero no fue hasta 1999 cuando se formula la Declaración de Impacto Ambiental, pero en la cual no se determina si es positiva o negativa, algo que no puede calificarse de legal. Sin embargo, el documento si señala los grandes impactos, tanto ambientales como de índole cultural, que tiene el proyecto.
Posteriormente se han tramitado otros expedientes con relación al impacto ambiental de modificados del proyecto, y se han realizado nuevos proyectos completos del recrecimiento que han sido sometidos a evaluación ambiental (en 2010 se aprueba la DIA del modificado n.º 3 del Recrecimiento), sin que ninguno de estos problemas hayan sido encarados y resueltos.
Inestabilidad de las laderas e inseguridad de la presa
La presa de Yesa está situada en una cerrada a poca distancia de la población del mismo nombre, que se encuentra aguas abajo de la presa. Se asienta sobre terrenos muy inestables, como se ha demostrado a lo largo de los años, y en zona de riesgo sísmico. Las laderas que constituyen las dos vertientes del vaso están localizadas sobre facies Flysh y margas, materiales blandos y poco consistentes. Así mismo, todo el entorno del Canal de Berdún es un área de riesgo sísmico de importancia, situándose sobre la falla de Martes-Loiti.
De este modo, la larga historia del pantano de Yesa tiene en su haber un sinnúmero de problemas de este tipo, que pasamos a enumerar sucintamente:
- Antes incluso de su construcción, el 10 de julio de 1923 hubo un seísmo de gran intensidad con epicentro en Martes (Huesca), cerca de lo que después sería el embalse de Yesa, y que inició un período sísmico que duró hasta 1925.
- Desde el comienzo de las obras de la presa en 1928 hasta su inauguración en 1959, tuvieron lugar desprendimientos de laderas y otros problemas técnicos debidos a la inestabilidad del terreno. Estando concluyendo las obras de la presa, la inestabilidad del terreno donde se construyeron los aliviaderos obligó a realizar más sondeos e inyectar cemento en los cimientos y por su volumen, la obra tuvo que sacarse a concurso aparte.
- En 1960 el cierre y llenado de la presa y su posterior desembalse reactivó deslizamientos provocando un movimiento de tierras que afectó a la nueva carretera teniéndola que reconstruir trasladándola hacia el norte. Entre 1961 y 1962 se intentó corregir el deslizamiento mediante desmontes y abancalamientos, pero en 1964 volvió a reactivarse y la ladera de nuevo, se vino abajo.
- Desde 2001 cuando comenzaron las obras del recrecimiento del pantano, se han producido continuos deslizamientos en ambas laderas del embalse. En 2003 la excavación del estribo de la ladera izquierda produjo un deslizamiento que provocó grandes grietas. En 2004 la excavación del talud de la ladera derecha los reactivó y en 2005 para estabilizarla fue necesario cubrirla de hormigón. En 2006 se produjo un gran movimiento de tierra en el Monte Mélida hacia el vaso del embalse.
- En 2007 se activaron de nuevo deslizamientos en la ladera izquierda apareciendo grandes grietas, el Ministerio de Medio Ambiente paralizó las obras y encargó estudios geológicos, reconociendo públicamente que existían graves problemas de filtraciones en la ladera derecha, arrastrados desde 1930. Estos estudios provocaron el cambio en el Modificado n° 3 del proyecto de recrecimiento del embalse de Yesa considerando imprescindible la incorporación al proyecto, de una serie de tratamientos de impermeabilización en las laderas soporte de los estribos de la presa para evitar posibles filtraciones.
- En 2008 se produjo otro desprendimiento en la margen izquierda y en abril de 2012 volvió a deslizarse esa ladera. En junio movimientos en la ladera derecha causaron la aparición de grietas sobre el terreno y viviendas vecinas.
- Durante los primeros meses de 2013 los movimientos de tierras en la ladera derecha alcanzaron la velocidad de 13 cm/mes, según expresó el Consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de Navarra. El 11 de febrero de 2013 más de 60 viviendas de las urbanizaciones Lasaitasuna y El Inglés fueron desalojadas por el peligro que entrañaba habitarlas (viviendas que finalmente fueron expropiadas en 2015). La CHE confirmó que en febrero de 2013 se alcanzó un movimiento en la ladera derecha de una velocidad de hasta 4 cm/semana, siendo que a lo largo de 2013 hubo un desplazamiento acumulado de más de 20 cm.
- Para intentar solventar el incidente de 2013, la CHE eliminó mas de 1 millón de m3 de materiales en la parte superior de la ladera derecha, con el fin de descargarla. A pesar de ello, la ladera nunca ha dejado de moverse del todo, y así lo hizo varias veces en 2014, a pesar de todas las obras realizadas.
- A finales de 2019 las grietas en la ladera derecha se vuelven a repetir, después de un episodio de lluvias intensas. Y todo ello a pesar de los 55 millones de euros que la administración ha gastado en los últimos años en obras para intentar solucionar el problema. Se confirma que las lluvias solo desencadenan un problema que ha sido producido por los movimientos de tierras que se producen para construir la presa en un entorno inestable.
Debido a todos estos problemas, durante el tiempo de vida de la presa de Yesa, han visto la luz múltiples informes y otra documentación que analizan su peligrosidad, de los que relataremos solo algunos. Ya en 1935 un informe emitido por los geólogos Sampelayo, Valdés & Sáez advirtió de los peligros de la obra.
En 1983 el periódico Navarra Hoy publicó una entrevista al ingeniero constructor de la presa original, René Petit, que entre otras afirmaciones sobre la seguridad y el recrecimiento decía: “A mí me daría mucho miedo. La presa actual tiene sesenta metros de profundidad y en su día ya hubo sus más y sus menos sobre si aguantaría o no. Hay que ser muy cauto en este tipo de obras, mucho“. (…) “Hay que tener en cuenta que al aumentar el volumen aumentan considerablemente las posibilidades de un fallo geológico. Si ahora existe una presión de diez kilos por centímetro cuadrado, con esa ampliación puede doblarse a veinte… ¿Quién va a garantizar la seguridad de tal obra?“.
Más actuales podemos citar el informe de la Universidad de Zaragoza, realizado en Octubre de 1999 por Antonio M. Casas Sainz (mismo autor de otra obra de 1993 que ya advertía de la peligrosidad de la ladera izquierda de Yesa) y Mayte Rico Herrero, que indica que no ha sido estudiada la sismicidad de la zona de Yesa y que existe peligro de deslizamiento catastrófico de sus laderas.
En 2014 el geólogo Antonio Aretxabala publica en su blog un estudio sobre la sismicidad histórica en la zona del Canal de Berdún. En el texto, el autor realiza una revisión de los terremotos conocidos que se han producido en la zona del pantano de Yesa desde el siglo XIV, y que está documentado que han producido muchos daños en múltiples localidades de la zona. Estos hechos, que se pueden volver a producir en cualquier momento, unidos a la sismicidad inducida por grandes movimientos de masas, como los producidos en el llenado de los pantanos, ponen en grave riesgo una zona tan delicada como es la cerrada de la presa de Yesa.
Otro estudio realizado por Antonio Aretxabala en agosto de 2015 y a petición del Ayuntamiento de Sangüesa, analiza la evolución histórica de las laderas de Yesa así como aspectos a tener en cuenta para el futuro de la presa de Yesa. En el informe Aretxabala indica lo siguiente: “La historia de inestabilidades de las laderas de Yesa están siempre ligadas a descalces realizados por el ser humano al pie de los taludes (…)” o “La sismicidad es un factor inherente a la zona (…) se ha actuado bajo un desconocimiento preocupante a la hora de valorar el potencial sísmico que afectará a la futura presa.” (…) “La seguridad ha venido siendo siempre una promesa (…)”.
No hay que olvidar que en 2014 el Departamento de Interior del Gobierno de Aragón publica el mapa de peligrosidad sísmica de su Comunidad Autónoma, y en el considera la zona del pantano de Yesa como de peligrosidad sísmica alta. Se trata, por tanto de la zona de Aragón con mayor riesgo sísmico.
También existe un estudio sobre los riesgos de seguridad en Sangüesa, publicado en diciembre de 2015. Se trata del “Estudio de evacuación urgente de Sangüesa como consecuencia de una rotura en la presa de Yesa”, elaborado por un grupo de ingenieros independientes. Indica que si una eventualidad provocase la rotura del pantano, Sangüesa se inundaría en unos 23 minutos y sus habitantes carecerían de tiempo y medios suficientes para ser evacuados. Advierte a su vez, que de acuerdo al modelo acústico, las sirenas instaladas por el Plan de Emergencia no podrían ser oídas por los habitantes.
En este sentido, se han realizado también simulaciones de los efectos de esa rotura del pantano (en Navarra, en Zaragoza), que indican que el 80% de Sangüesa se vería cubierto por una profundidad de 40 metros de agua en esos 23 minutos, Gallipienzo se vería inundado poco después, y a Caparroso llegaría una avalancha de cinco metros de altura en unas seis horas. Posteriormente sufrirían inundaciones graves en Tudela e incluso en Zaragoza.
Los episodios de movimientos de las laderas y la presa de 2012-2013 demostraron el grado de inseguridad al que están sometidos los habitantes aguas abajo de la presa de Yesa, sobre todo los de Sangüesa. Los graves deslizamientos y movimientos sucedidos en 2012 acabaron desalojando 2 urbanizaciones en Yesa, y obligaron a la CHE a subir el nivel de emergencia al nivel 1 el 21 de diciembre de 2012. Utilizaron para ello el Plan de Emergencias de la presa de Yesa aprobado en 2002, pero que aun no había sido puesto en vigor (lo fue el 30 de mayo de 2013). Pero, al no estar el plan de Emergencia en vigor en el momento de máxima emergencia, la población de Sangüesa y otros pueblos aguas abajo no fue ni siquiera avisada de lo que ocurría.
Además, el Consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de Navarra en comparecencia parlamentaria del 5 de marzo de 2013, llegó a afirmar que en esas circunstancias se debería haber activado el Escenario 2, llamado “Escenario excepcional”, que hubiera obligado a evacuar a la población de Sangüesa por riesgo inminente de avería grave. Todos estos asuntos fueron denunciados ante la CHE por el ayuntamiento de Gallipienzo, la asociación Yesa + No y la fundación Sustrai Erakuntza.
Estos problemas de seguridad han llevado a que incluso el Gobierno de Navarra haya solicitado en dos ocasiones la paralización de las obras de recrecimiento, en septiembre de 2017 y en junio de 2018. Los motivos que aducen para ellos son sobre todo los de la propia seguridad de las poblaciones aguas abajo de la presa, pero también por la necesidad de transparencia y control de las cuentas. Sin embargo, el Gobierno de España permanece inamovible en su apoyo a la terminación de la obra.
Finalmente, a finales de 2019 vio la luz el informe realizado para el Gobierno de Navarra “Estudio de Estabilidad y Evaluación de la Seguridad de la Ladera Derecha del Embalse de Yesa”. El informe fue presentado por el Gobierno de Navarra minimizando los riesgos para la seguridad del pantano e indicando que sus laderas se hayan en “equilibrio estricto”, como si estas palabras indicaran que el equilibrio de las laderas es perfecto. El Gobierno en su presentación niega también el hecho de que la sismicidad pudiera condicionar la viabilidad del pantano. Sin embargo, el texto del informe urge “medidas adicionales para incrementar el margen de seguridad y minimizar los deslizamientos”.
Han tenido que ser, una vez mas, los expertos los que saquen al Gobierno de su error, y desmientan sus optimistas declaraciones. Así, Antonio Aretxabala informa del significado del termino “equilibrio estricto”, indicando que significa que las fuerzas de deslizamiento y las de sujeción se hallan en la misma proporción, y es igual de probable que se produzca un deslizamiento como que no. Este hecho se conoce como factor de seguridad 1, de forma que si el factor fuera de 1,2 o 1,3 existiría un 20-30% de margen de estabilidad, pero con 1 no hay margen, la obra está “cogida con pinzas”.
Evolución de los costes del proyecto
La obra del recrecimiento de la presa de Yesa se adjudicó en enero de 2001 en 113,5 millones de euros, a la UTE formada por Ferrovial, FCC y ACS. Sin embargo, con todas las modificaciones realizadas al proyecto, en enero de 2004 el presupuesto ya ascendía a más de 177 millones de euros. En 2009 las cifras se elevaron hasta los 222 millones de euros. Y en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 la previsión era que el gasto superara los 433 millones de euros, 4 veces lo inicialmente presupuestado. A principios de 2020 la Asociación Río Aragón calculaba ya el gasto directo en el proyecto en mas de 460 millones de euros.
De este modo, el Tribunal de Cuentas del Estado Español analizó en 2018 los costes que se venían acumulando para aquella fecha en el recrecimiento de Yesa, y llegó a la conclusión de que ya se acumulaban más de 140 millones de euros de sobrecostes. Así, recordaba que la adjudicación del contrato en el año 2000 fue por 113,5 millones de euros, y en 2017 se habían ejecutado trabajos por valor de 253,5 millones de euros, un 110% más. El informe también indica como unas obras que en la licitación inicial se debían haber realizado en 55 meses, en 2017 habían pasado 12 años y la fecha de finalización prevista era todavía octubre de 2020.
Por ello, el órgano fiscalizador criticaba con dureza el proyecto y indicando que son un ejemplo de que “la existencia de defectos o carencias en los proyectos iniciales, la falta de previsión o la ausencia de estudios ha ocasionado su alteración sustantiva en cuanto a su ritmo de ejecución, su coste final o su rentabilidad social en términos de satisfacción del interés público al que debe responder“.
Sin embargo, estos no son todos los costes que se pueden imputar a este proyecto, tal y como recoge la asociación Río Aragón en la web donde hace un seguimiento al presupuesto de la obra. Si se incluyeran el resto de obras auxiliares, modificaciones de carreteras, indemnizaciones por urbanizaciones que se han tenido que derribar, y otros muchos incidentes que han pasado y posiblemente pasarán, el coste total de esta macro-infraestructura aumentaría mucho mas. Así, por ejemplo, para obras de emergencia para estabilizar las laderas en 2013 se tuvieron que aprobar en 2 ocasiones partidas extraordinarias por un total de 25 millones de euros. Y en 2015, la expropiación de las viviendas situadas por encima de las obras anteriores supuso otros 24 millones de euros mas…
Y tampoco se conocen los presupuestos que se manejan para el resto de obras que están por venir. Porque la CHE ya ha definido que para completar la obra y reforzar la estabilidad de la ladera, son necesarias nuevas obras consistentes en muros y anclajes de cables, galerías de drenaje y una pantalla continua de impermeabilización que aísle las laderas del embalse. Estas obras aun no habían sido iniciadas a primeros de 2020, y tampoco se informaba sobre sus costes, características… Tampoco ha trascendido el presupuesto de este posible 4º modificado del proyecto de recrecimiento de Yesa, pero resulta obvio que habría que esperar nuevas e importantes subidas del presupuesto y ampliación del negocio constructivo.
Alternativas a la macro-infraestructura del recrecimiento de Yesa
La Fundación Nueva Cultura del Agua realizó en 2004, bajo la dirección del profesor Pedro Arrojo, un estudio de posibles alternativas sostenibles al recrecimiento de Yesa que sirvieran para aumentar las superficies de regadío y para suministrar agua de boca. La solución alternativa se basaba en la creación de una serie de presas y balsas de regulación en el curso del Canal de Bardenas, que pudieran ser llenadas en otoño e invierno, cuando las necesidades de riego fueran pequeñas. El agua de estos embalses en tránsito estaría así disponible en los meses de verano, cuando las necesidades son altas.
El estudio argumentaba que el factor limitante para dar agua a los regadíos no es el actual pantano de Yesa, sino la capacidad de llevar agua que tiene el Canal, que ya se encuentra saturada y no puede recoger mas agua de Yesa en los momentos que mas se necesita. La propuesta incluía también la necesidad de modernizar regadíos para disminuir las demandas. Y el estudio se completaba además con un completo análisis de las afecciones sobre el medio natural y sobre el patrimonio cultural del recrecimiento.
Este informe recibió una completa actualización en 2015, bajo el título “Alternativas al recrecimiento de Yesa para el sistema de Bardenas“. El nuevo informe abunda en la solución de la regulación en tránsito, proponiendo estas 3 medidas principales:
- completar el proceso de modernización del sistema, con 44.000 nuevas hectáreas;
- retirar 8.000 hectáreas de regadíos de baja productividad en terrenos con problemas de salinidad y drenaje, con la correspondiente indemnización;
- desarrollar la regulación en tránsito de forma progresiva y modular mediante la construcción de los siguientes embalses: Recrecimiento de Malvecino y Carcastillo 1 ya previstos en la planificación; además de Marracos, Carcastillo 2, Erla Sureste, Erla 2, La Orés, Erla 3 y Erla 1, propuestos por los autores del informe.
Esta solución aportaría modularidad al sistema de regadío, dado que cada presa o balsa de regulación es independiente de las demás, por lo que su construcción no hipoteca las otras. De este modo el rendimiento del sistema se compensa en pocos años y no lastra económicamente al resto como supone por ejemplo el recrecimiento de Yesa. Por lo tanto, esta alternativa sería mucho mas barata de implementar, pudiéndose adaptar a las condiciones cambiantes del sector agrícola, y del medio ambiente, con el problema añadido del Cambio Climático, que hace insostenible e incluso temerario seguir alimentando expectativas de crecimiento de la superficie transformada en regadío.
Los objetivos de esta sistema alternativo serían los de proteger y dar perspectivas de sostenibilidad a la explotación familiar en Bardenas, y optimizar la eficiencia en el uso del caudal disponible, desde expectativas realistas.