En las últimas semanas estamos asistiendo a distintos anuncios que muestran el empecinamiento del Gobierno de Navarra y del Estado por seguir adelante con las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV). A iniciativa del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agencia Urbana, distintos Ayuntamientos de la Sakana están recibiendo notificaciones, para realizar sondeos geotécnicos en sus localidades, entre mayo y septiembre del 2023, como parte del estudio de alternativas con las que pretenden enlazar el TAV con la Y vasca. Para realizar estas prospecciones se conmina a los ayuntamientos a que proporcionen información sobre parcelas y propietarios afectados.

Como adelantábamos hace unas semanas, en pleno periodo electoral se han puesto a exposición pública los proyectos del Tren de Alta Velocidad en la Comarca de Pamplona y en la Ribera. A algunos grupos políticos hacer anuncios de construcción del TAV les sale rentable, aunque la realidad diga que con la construcción de esta gran infraestructura pierde la sociedad al completo. Y lo hace en todos los sentidos posibles, en el económico por el excesivo coste, en lo social por el empeoramiento del servicio ferroviario que trae la puesta en marcha del TAV, y en lo ambiental por las graves consecuencias que tiene para el medio ambiente.