En Navarra contamos con gran riqueza en tierras fértiles, reservas de agua y climatología diversa, es un lugar perfecto para un sistema alimentario local biodiverso y sostenible para afrontar las crisis climáticas, energéticas y alimentarias que se avecinan. Sin embargo, caminamos irresponsablemente en dirección contraria a los límites biofísicos del planeta y de nuestro propio ecosistema.
Con tan solo un 3% de población activa en el campo en un sector muy envejecido y con poco relevo, el único modelo que se favorece hasta la fecha es el agronegocio que quema la tierra, envenena el agua y marea miles de kilómetros los productos para devolvernos alimentos poco saludables, procesados, de origen incierto y precios inasequibles tras haber pagado precios irrisorios a campesinos que cada vez tienen que producir más toneladas de productos que ellos no eligen para que les salgan las cuentas.
Históricamente, los sistemas agroganaderos diversificados creados por la gente del campo nos proporcionaron una gran variedad de alimentos. En la actualidad en Navarra el 75% de las tierras de cultivo se dedican al monocultivo de grano y forraje para alimentación animal. Y su comercialización se realiza principalmente a través de la operadora AN en el mercado libre mundial, donde quienes se dedican a la agricultura no deciden los precios. Sólo el 25% de la tierra de cultivo está destinada a la alimentación humana. Pero insólitamente el destino de esta producción tampoco es satisfacer las necesidades alimentarias de cercanía. Cerca del 99% de las hortalizas que se producen en las tierras más fértiles de la Ribera, por ejemplo, se comercializa en el norte de Europa. En lo que a ganadería se refiere tenemos más cerdos que habitantes y su carne está destinada principalmente a la exportación. Mientras, en las producciones más sostenibles, como el ovino, el número de cabezas ha disminuido a la mitad en los últimos veinte años.
Este modelo de producción industrial e intensiva de alimentos es muy dependiente de los combustibles fósiles en toda la cadena, así como de fertilizantes químicos y pesticidas. Según los datos, el consumo de estos últimos entre 2009 y 2019 se duplicó en nuestra comunidad, cuando desde Europa nos dicen que para el 2030 hay que reducirlos.
Villafranca nos ha mostrado hace poco un semáforo en rojo que afecta realmente a toda Navarra. La creciente contaminación del agua por nitratos en Navarra obliga a reflexionar sobre el modelo agrícola y ganadero intensivo y la necesidad de establecer nueva legislación al respecto pues representa un grave problema ambiental y para la salud. Amplias zonas de la geografía navarra han sido declaradas “Zonas Vulnerables a la Contaminación por Nitratos”, y su superficie sigue aumentando, concretamente 76% en el periodo 2016-2019 y un 317% respecto a la superficie existente en el periodo 2012-2015 según un reciente informe europeo. Pese a este clamoroso aumento de riesgos, se siguen autorizando nuevas granjas y centros de biometanización para residuos industriales orgánicos (Biomendi, HNT Biogás y otra en trámite en Cabanillas).
Frente a todo esto, urge regular los mercados y precios y reorganizar todo el sistema alimentario de un modo integral, adaptando nuestro modo de alimentarnos a los recursos que disponemos en nuestro territorio. Urge planificar nuestro sector productivo con enfoque de soberanía alimentaria para satisfacer las necesidades alimentarias de nuestra población. Urge diseñar una transición decidida hacia un modelo más sostenible basado en la agroecología, la diversificación de cultivos y en la desintensificación, llevando a cabo una ganadería extensiva ligada a la tierra.
Este cambio radical requiere de políticas verdaderamente públicas para la creación de sistemas alimentarios locales que cuiden el medio ambiente y que produzcan alimentos sanos para toda la sociedad navarra. Tenemos que exigir que las instituciones dejen de funcionar al ritmo de los grandes poderes económicos de la agroindustria. Por eso nos ha llegado la hora de organizarnos. No sólo seguiremos creando sistemas de producción y consumo alternativos locales, sino que también saldremos a la calle para reclamar de un modo firme, contundente y corresponsable: ¡Stop agroganadería industrial, soberanía alimentaria ya!
Por todos estos motivos, la Plataforma Navarra contra las Macrogranjas, con el apoyo de otros grupos sociales, convocamos una manifestación que partirá del Monumento a los Fueros (Paseo Sarasate, Pamplona-Iruñea) el próximo sábado 26 de noviembre, a las 12:00 h. del mediodia. El lema de la movilización será “STOP agro-ganadería industrial. Elikadura burujabetza orain”. Se trata de un acto mas de los muchos organizados dentro de la Cumbre Alternativa por el Clima / Klimaren aldeko Gailur Alternatiboa” que los movimientos sociales han organizado durante todo este mes de noviembre.
Plataforma Navarra contra las Macrogranjas