En estos días que se realizan actos convocando a la llamada jornada de Huelga Mundial por el Clima del próximo 27 de septiembre, desde la Fundación Sustrai Erakuntza queremos hacer una relación de los principales proyectos que en Navarra afectan negativamente al clima.
(Antes de continuar leyendo el artículo de opinión, puedes también escuchar un resumen del mismo en esta entrevista que nos ha hecho HalaBedi Irratia.)
Porque debemos recordar que la generación de gases de efecto invernadero (GEI) se produce por la propia actividad económica de este sistema hiper-consumista, siendo los proyectos que el Gobierno de Navarra impulsa, ampara o aprueba grandes generadores, como veremos a continuación.
Del Tren de Alta Velocidad se dice en ocasiones que es un método de transporte limpio, y se llega a vender desde medios oficiales como una herramienta contra el cambio climático. Nada mas lejos de la realidad. La construcción del TAV es una actividad que requiere muchos materiales como el hormigón, que genera una gran emisión de GEIs en su producción, y un gran movimiento de tierras, y realización de túneles y viaductos. Ello es así por la necesidad de que las vías sean lo mas rectas y con menor pendiente posible, para poder alcanzar las grandes velocidades que pretende. Y esa alta velocidad también aumenta su consumo de combustibles. No tiene nada que ver, por lo tanto, con el tren convencional, público y social que defendemos desde Sustrai y otros colectivos, como vertebrador del territorio, defensor del medio rural y para la mayoría social.
En Navarra se está construyendo actualmente el TAV en la Zona Media, estando en obras el tramo entre Villafranca y Olite, y construido el Castejón – Villafranca. El resto del trazado, hasta los 214 km, se encuentra en diversas fases de planificación. Y su coste total, presupuestado en 2013, alcanzaba los 4.500 Millones €. Estas magnitudes nos dan información sobre el tamaño de la obra y sus impactos.
Basándonos en las conclusiones a las que llegaron profesores y profesoras de la Universidad del País Vasco en un estudio sobre la supuesta contribución del TAV vasco a la reducción del consumo energético y la lucha contra el Cambio Climático, “la Y vasca no lograría ahorrar emisiones de CO2 antes de 100 años, ni ahorrar energía antes de 55 años”. Y ello con las mejores cifras previstas de utilización para esa infraestructura. En el caso navarro el número de viajeros/as y mercancías sería considerablemente menor, por lo que se puede considerar que dichas cifras son extrapolables a las de nuestra Comunidad, o incluso mucho peores las nuestras. Se comprueba por tanto que esta gran obra no aportará mayor sostenibilidad a nuestro territorio.
Otra gran obra en Navarra es el Canal de Navarra, del cual ya está construida la Primera Fase, y se trabaja para culminar su Ampliación. Los costes de todo este conjunto de obras, más su mantenimiento, se calcula que superan los 2.000 M€, según calculó en su momento Ura Nueva Cultura del Agua. La cifra, una vez más, informa de la magnitud de la obra, que fue realizada en su mayor parte con gran consumo de hormigón, tanto en la presa de Itoiz, como en el Canal. Para la 2º fase del Canal hay diversas propuestas, desde su continuación con hormigón, hasta el empleo de tubos metálicos enterrados. Y sus objetivos también varían entre el regadío de unas 10.000 Ha, hasta más de 20.000, junto al consumo de agua de boca.
En cuanto al pantano de Yesa, su recrecimiento está siendo una de las obras con mayor aumento de costes de la historia, dado que ya duplica lo que se presupuestó en un principio. El objetivo es duplicar su superficie inundada
De este modo, en estas dos obras se superponen los efectos que aumentan las emisiones de GEIs producidos por las propias obras, a la contribución importante que producen los cambios en los usos del suelo. Hay que tener en cuenta que la agricultura de regadío tiene una contribución muy importante al Cambio Climático, como también lo hacen las aguas embalsadas.
Las Centrales Térmicas de Castejón han sido la mayor fuente emisora de CO2 de Navarra en los 3 últimos años contabilizados, según datos del Gobierno de Navarra. Hay que tener en cuenta que las empresas cuentan con permisos del Gobierno de Navarra y del Estado, y que los tribunales han sentenciado en varias ocasiones que al menos una de ellas es ilegal y no tenía que haberse construido. Y este récord lo consiguen cuando están produciendo aproximadamente a la mitad de su capacidad máxima, y cuando la central perteneciente a Iberdrola lleva los últimos 5 años completamente parada, según recogimos recientemente en un estudio.
Pero el caso mas flagrante, y de mayor actualidad, es el de la empresa Magnesitas Navarras, Magna. Se trata de la empresa que trató de abrir una mina a cielo abierto de magnesita cerca de la población de Zilbeti, dentro de la área protegida ZEC Monte Alduide. Este proyecto fue aprobado por el Gobierno de Navarra, pero denegado en los tribunales en 2017. Sin embargo, ahora la empresa pretende realizar otra mina similar en otro paraje de la misma ZEC, en Erdiz.
Pero no es el único permiso que la empresa ha pedido al Gobierno de Navarra, también le ha solicitado la ampliación de su fábrica en Zubiri. Se trataría de implantar un nuevo horno de procesamiento del material, que se añadiría a los 2 existentes. El proyecto se encuentra ahora en exposición pública, pero el Gobierno ya le ha otorgado la calificación de Interés Foral.
Hay que recordar que la de Zubiri es otra de las 3 empresas que más CO2 emite, junto a las citadas de Castejón, y a Cementos Portland de Olazti. Pero además fue calificada en 2016 por Ekologistak Martxan Nafarroa como la más contaminante del aire en Navarra,
Según el proyecto presentado por Magna, y tal y como indicábamos en nuestra alegación (PDF, resumen), con el nuevo horno la empresa pretende aumentar su consumo energético: un 40% en gas natural, un 37% en coque de petroleo, y un 22% en gasóleo. Es evidente que todos estos consumos aumentarán también las emisiones de CO2 a la atmósfera, con lo que aumentará la contribución Navarra a la crisis climática.
Comprobamos por tanto, como las declaraciones que se realizan desde las instituciones tienen poco que ver con las políticas que realmente impulsan. Es necesario que se tomen decididas medidas para la disminución de las emisiones de GEIs, y para ello es necesario que se realice un cambio profundo en el modelo energético y productivo. Las meras declaraciones de Emergencia Climática que se están extendiendo en las instituciones no son mas que declaraciones, sin apenas contenido que las hagan eficaces.
La única medida que puede contribuir a frenar los peores efectos del Cambio Climático es un cambio completo de modelo socio-económico, abandonando el consumismo y el capitalismo. Y urge que los gobiernos sean conscientes de ello y planifiquen democráticamente los cambios necesarios para ir en esa dirección. Por un modelo que nos lleve hacia el decrecimiento controlado de la economía y el consumo de los países que generamos los mayores impactos ambientales, así como un reparto del trabajo productivo-reproductivo y de cuidados.
Martín José Celaya García, miembro de la Fundación Sustrai Erakuntza.