
En junio de 2016, se inició en Australia un movimiento internacional para declarar la Emergencia Climática al considerar que el futuro de la civilización humana y la supervivencia de los ecosistemas de los que dependemos están en juego. Al ser los efectos del cambio climático de alcance mundial y de una escala sin precedentes, se reclamaban acciones urgentes y drásticas a todos los niveles. En septiembre de 2019, tres años más tarde, el Gobierno de Navarra y el Parlamento aprobaron la Declaración de Emergencia Climática.
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